Los accidentes por sumergimiento (inmersión,
sumersión) siguen causando importante morbimortalidad en niños.
Se utiliza el término ahogamiento si se produce fallecimiento en las primeras 24 hrs tras la inmersión y casi ahogamiento cuando el paciente sobrevive más de 24 hrs después del accidente.
Según lo reportado por la agencia Regional Europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS),
en el 2004,
el ahogamiento fue la segunda causa más importante de muerte (suponiendo el 14% de los fallecimiento),
después de los accidentes de tráfico (39%),
por lesiones no intencionales,
en la edad pediátrica.
En Europa el ahogamiento es la causa de más de 5000 muertes al año,
en este grupo de edad.
En España la incidencia de los accidentes por sumergimiento se estima en un 1,5 -1,6/100.000 habitantes por año.
Los niños son dos veces más propensos a ahogarse que las niñas y el grupo de edad en la población pediátrica más vulnerable,
es el comprendido entre 1 a 4 años y 15 a 19 años.
Muchos de estos accidentes ocurren en piscinas (principalmente residenciales),
aunque también pueden ocurrir en otros lugares como la bañera,
lagos,
ríos y canales.
La inadecuada supervisión de los niños o el consumo de alcohol por los cuidadores,
son factores de riesgo asociados con el ahogamiento o casi-ahogamiento.
Las medidas de reanimación temprana son cruciales en el pronóstico del paciente,
ya que la pérdida de la conciencia puede presentarse alrededor de los 2 minutos después de la inmersión y el daño cerebral ocurre entre los 4 a 6 minutos.
Aquellos niños que requieren maniobras de reanimación cardiopulmonar al llegar al servicio de emergencia tienen peor pronóstico y cerca de la mitad de los que sobreviven tienen un deterioro neurológico significativo.
Los objetivos de nuestro estudio fueron:
- Describir los datos epidemiológicos de los niños con casi-ahogamiento
que acudieron al Servicio de Urgencias de nuestro hospital.
- Revisar los estudios de neuroimagen (TC y RM cerebral) e imagen
torácica (radiología simple y TC) en los pacientes pediátricos con
diagnóstico de casi-ahogamiento.
- Correlacionar los hallazgos radiológicos con el pronóstico.