Las malformaciones congénitas pulmonares (MCP) fueron las causas más comunes de lobectomías y/o segmentectomías pulmonares en nuestros pacientes.
La más común fue la MCVAP,
seguida de los secuestros broncopulmonares.
En la mayoría de nuestros pacientes el diagnóstico inicial se confirmó con TC torácico o angio-RM torácica.
Con el advenimiento de nuevas técnicas diagnósticas como el ultrasonido prenatal y la RM fetal,
las MCP se diagnostican más tempranamente,
permitiéndonos la prevención de complicaciones en el período neonatal.
Debido a su difícil diagnóstico se requieren de pruebas adicionales como el TC torácico postnatal.
En el diagnóstico del secuestro pulmonar el angio-TC torácico es la técnica más utilizada pero en casos difíciles,
la angio-RM nos ayuda a aclarar el diagnóstico y al planeamiento quirúrgico del mismo.
El tratamiento de las MCP es controvertido.
Algunos autores recomiendan realizar tratamiento quirúrgico en las lesiones sintomáticas y seguimiento de las lesiones asintomáticas.
Sin embargo la tendencia hoy en día es a realizar la resección temprana de estas lesiones en pacientes asintomáticos,
debido al riesgo elevado de infección,
complicaciones pleuropulmonares o al riesgo neoplásico asociado en casos de MCVAP.
El segundo grupo más frecuente en nuestra serie,
fueron los pacientes con patología infecciosa,
siendo más común las infecciones pulmonares de repetición asociadas a bronquiectasias y/o atelectasias,
seguidas de las neumonías necrotizantes.
Las infecciones pulmonares recurrentes en la infancia se presentan por diferentes causas de tipo congénito o adquirido y pueden asociarse a la formación de atelectasias y/o bronquiectasias.
El TC torácico es útil en la valoración de las complicaciones que se presentan en estos pacientes,
especialmente de las bronquiectasias.
El manejo quirúrgico de las bronquiectasias se reserva para los pacientes con enfermedad localizada y que a pesar del tratamiento médico correcto,
las exacerbaciones de los síntomas persisten.
En la neumonía necrotizante es necesario la realización del TC torácico,
donde podemos observar consolidaciones pulmonares con áreas de necrosis y múltiples cavitaciones que pueden formar un absceso pulmonar.
Algunos autores reservan el tratamiento quirúrgico de la neumonía necrotizante en casos complicados donde el manejo médico es insuficiente,
mientras otros prefieren la resección temprana del parénquima pulmonar necrótico.
Otros diagnósticos encontrados en nuestros pacientes fueron las lesiones tumorales,
predominando las metástasis.
En la población infantil las metástasis pulmonares son más comunes que los tumores de origen primario.
Los tumores que más desarrollan metástasis pulmonares son el sarcoma de Ewing,
el tumor de Wilms,
el osteosarcoma,
y el rabdominosarcoma.
Pueden aparecer en el TC torácico como nódulos pulmonares de diferentes tamaños,
simples o múltiples,
algunos con calcificaciones.
Entre los tumores benignos se incluyen el papiloma,
el hamartoma y el tumor carcinoide de bajo grado,
siendo el papiloma el más común de los tumores de la vía aérea en la infancia.
En muy pocos pacientes el diagnóstico histológico no se correlacionó con el diagnóstico radiológico inicial,
y en todos los casos se trataba de MCP.
Aunque hay pocos estudios publicados que realicen una correlación radio-patológica de estas anomalías,
algunos reportan dificultades en la clasificación de las MCVAP por TC,
ya que su clasificación es histológica y radiológicamente es difícil distinguirlas,
sobretodo cuando se tratan de lesiones con quistes de pequeño tamaño o lesiones de apariencia sólida.
La toracoscopia es una técnica que se está utilizando hoy en día en el tratamiento de las MCP mostrando la misma efectividad que la toracotomía y con menores complicaciones postquirúrgicas.
En el manejo de las bronquiectasias y en las neumonías necrotizantes también ha demostrado ser útil ya que permite realizar un desbridamiento y escisión del tejido necrótico,
así como favorece una mejor recuperación de la función pulmonar en estos pacientes.
En la literatura se ha descrito que las ventajas de la toracoscopia sobre la toracotomía son la reducción del dolor postoperatorio,
el menor tiempo de estancia hospitalaria y mejores efectos cosméticos en la pared torácica.
Pero el principal beneficio es la reducción de la morbilidad a largo plazo ya que disminuye la probabilidad de deformidades musculoesqueléticas.
En nuestra serie los cambios postquirúrgicos en la pared torácica fueron mínimos en los pacientes a quienes se les realizó toracoscopia comparado con la toracotomía,
aunque la pérdida de volumen pulmonar fue el hallazgo más común en ambos tipos de cirugía.
Los cambios cicatriciales pleuropulmonares fueron más comunes en pacientes con patología infecciosa y lesiones tumorales,
seguidos de los pacientes con MCP con sobreinfección añadida o lesiones pulmonares muy extensas.
En varios de estos pacientes la intervención quirúrgica utilizada fue toracotomía y en algunos fue necesario resecciones quirúrgicas importantes (neumonectomías,
decorticación pleural o resección de lesiones extensas).
Las MCP siguen siendo la causa más común de resecciones pulmonares en la infancia.
Aunque cada vez más el tratamiento quirúrgico es una opción que se plantea para el manejo de otras patologías como las infecciones recurrentes o complicadas y la patología tumoral.
En nuestra serie los cambios postquirúrgicos y los cambios cicatriciales pleuropulmonares fueron más evidentes en los pacientes a quienes se les realizó toracotomía,
comparado con la toracoscopia,
lo cual refuerza el hecho de que esta técnica disminuye la morbilidad a largo plazo.
Sin embargo los cambios cicatriciales pleuropulmonares fueron más comunes en los pacientes con patología infecciosa,
lesión tumoral,
sobreinfección añadida a su patología de base o en quienes la resección pulmonar realizada fue muy extensa.
REFERENCIAS.
Fig. 15