En 8 casos se obtuvo confirmación histológica del grado de afectación y en un paciente se confirmó la infiltración tras neumotórax yatrogénico durante la biopsia diagnóstica.
Los restantes 4 pacientes fueron excluidos del estudio por corresponder a neoplasias irresecables por ser estadio IV (3 pacientes) o por tratarse de pacientes inoperables (1 paciente).
En la siguiente tabla se muestran los hallazgos ecográficos y su correlación con el diagnóstico histológico (Figura 7).
Tras el estudio histológico se demostró infiltración pleural en 8/9 casos,
de hojas pleurales parietal y visceral en 4/8 y en 4/8 únicamente de la pleura visceral.
En un caso se objetivó indemnidad de las hojas pleurales.
Respecto a los diferentes signos ecográficos,
se constató que los cuatro casos con ausencia de movimiento tumoral presentaban infiltración de pleura parietal (Figuras 8 y 9).
La tumoración que no presentó infiltración pleural mostraba un correcto movimiento durante la exploración ecográfica,
que era acorde al del pulmón sano adyacente,
e,
incluso,
desaparecÃa del plano de adquisición (Figuras 10-12).
Los casos que presentaron infiltración de pleura visceral pero no de la parietal mostraban un movimiento disminuido de la tumoración respecto al del pulmón sano adyacente en tres de los cuatro pacientes (Figuras 13-15).
El caso restante,
con infiltración de pleura visceral,
presentaba un discreto derrame pleural adyacente que,
probablemente, permitÃa el normal movimiento de la lesión (Figuras 16-18).
En solo un caso se objetivó infiltración de la grasa extrapleural,
siendo ésta de forma puntiforme (Figuras 19 y 20), confirmándose este hecho en la pieza histológica.
Tres tumoraciones presentaron protrusión sobre la lÃnea pleural (Figuras 21-24): dos de ellas mostraban infiltración de pleura parietal y la tercera sólo de la pleura visceral.
La inserción de la lÃnea pleural en el seno de la tumoración no se objetivó en la tumoración sin infiltración pleural y se manifestó en los cuatro casos con afectación de pleura visceral (100%) (Figura 25) y en 2/4 de los que mostraban infiltración de la capa parietal.
En un caso,
la afectación de pleura parietal fue demostrada tras la aparición de neumotórax después de la biopsia diagnóstica (Figura 26).
Trabajos publicados en los años 90 demostraron que el neumo-TC permite el diagnóstico de la infiltración de pleura parietal.
Los resultados globales del estudio,
siguiendo los esquemas diagnósticos propuestos (Figuras 1-5),
fueron de 100% de sensibilidad y especificidad.
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