En nuestra serie de 108 pacientes con TCE grave,
el 47% mostraron en RM convencional lesiones en el tronco cerebral y el 53% restante lesiones en los hemisferios cerebrales.
De los 57 pacientes sin afectación traumática del tronco,
el 43% presentaban lesiones en la sustancia blanca subcortical y el 10% en el cuerpo calloso.
De acuerdo con la escala de evolución de Glasgow extendida (GOSE),
el 20% de las lesiones subcorticales y el 30% de las lesiones del cuerpo calloso cursaron con mala evolución clínica.
Según el Índice de Barthel,
el 8% de las lesiones subcorticales y el 27% de las lesiones del cuerpo calloso se asociaron a discapacidad.
En el grupo de los 51 pacientes con afectación traumática del tronco cerebral,
el 66% presentaron mala evolución clínica (GOSE) y el 53% discapacidad funcional (BI).
Si analizamos en mayor profundidad el grupo de pacientes con lesiones traumáticas de tronco,
los sujetos afectos eran en su mayoría varones (75%) jóvenes (edad media 26 años; rango intercuartílico 21-38).
Al igual que en las lesiones del cuerpo calloso,
el principal mecanismo lesional fueron los traumatismos de alta energía.
La localización predominante de las lesiones fue el mesencéfalo (84%),
seguido del bulbo (6%),
protuberancia (4%) y múltiples localizaciones (6%).
No todos los pacientes con afectación traumática del tronco cerebral presentaron mala evolución clínica.
El 33% de los pacientes presentaron buena evolución de acuerdo a la escala GOSE y casi el 50% una adecuada capacidad funcional según el BI.
La RM convencional mostró lesiones no hemorrágicas en el tronco cerebral en 19 pacientes (37%) y en 32 pacientes (63%) lesiones hemorrágicas.
De acuerdo a la escala de evolución de Glasgow extendida,
en el grupo de lesiones hemorrágicas,
6 pacientes mostraron buena evolución y 26 mala evolución clínica.
En el grupo de lesiones no hemorrágicas,
el 58% cursaron con buena evolución y el 42% con mala evolución clínica.
Las lesiones hemorrágicas presentaron peor evolución clínica que las lesiones no hemorrágicas (p<0.05,
Odds ratio 5.9 (IC 95% 1.6-22),
S 75%,
Sp 64%).
Según el Índice de Barthel,
las lesiones hemorrágicas se asociaron con mayor frecuencia que las no hemorrágicas a discapacidad (p>0.05,
Odds ratio 2.9 (IC 95% 0.8-9.2,
S74%,
Sp 50%).
El 74% de los pacientes mostraron afectación unilateral del tronco cerebral y el 26% restante (n=13) afectación bilateral.
En el grupo de pacientes con afectación unilateral,
el 55% mostraron mala evolución clínica y el 45% buena evolución según la escala de evolución de Glasgow extendida.
La afectación bilateral se relaciona especialmente con una mala evolución clínica de los pacientes.
La localización de las lesiones en los casos de afectación bilateral del tronco no tiene relevancia en la evolución,
ya que todos los pacientes con afectación bilateral del tronco cursaron con mala evolución (30% anterior y 70% posterior).
La afectación bilateral del tronco conlleva una sensibilidad del 38%,
una especificidad del 100% y un valor predictivo positivo (PPV) del 100% para predecir una mala evolución.
Según el Índice de Barthel,
la discapacidad es también mayor cuando existe afectación bilateral del tronco (p<0.05,
S 37%,
Sp 87%).
En nuestra serie,
el 47% de las lesiones de tronco (n=27) tenían una disposición anterior y el 53% restante (n=27) posterior.
Según la escala GOSE,
el 85% de los pacientes con lesiones posteriores del tronco y el 46% de los pacientes con lesiones anteriores cursaron con mala evolución clínica.
Las lesiones posteriores se asociaron a peor evolución que las lesiones anteriores (p<0.01; odds radio 6.8 (IC95% 1.8-25),
S 68%,
Sp 76%).
En términos del BI,
las lesiones posteriores se asocian también a mayor discapacidad funcional que las lesiones anteriores (p<0.01; odds ratio 4.8 (IC95% 1.4-16),
S70%,
Sp 66%).
Los pacientes con lesiones hemorrágicas y posteriores presentaron con mayor frecuencia mala evolución clínica.
Todos los pacientes con afectación bilateral del tronco cursaron con mala evolución en términos de la escala de evolución de Glasgow extendida.
En nuestro trabajo hemos analizado también la hipótesis de que las lesiones del tronco cerebral no conllevan necesariamente un mal pronóstico.
En nuestra serie,
un tercio de los pacientes con lesiones del tronco presentaron buena evolución.
Las lesiones no hemorrágicas mostraron el valor predictivo positivo más alto para predecir una buena evolución clínica.