Se han revisado retrospectivamente las exploraciones de 21 pacientes diagnosticados de GIST desde 1996 hasta 2011.
El tumor estromal gastrointestinal (GIST) es el tumor mesenquimal más frecuente del tracto digestivo.
La mayoría de los GIST presentan un aumento de la función del gen c-KIT (CD 117),
que codifica el receptor KIT para el factor de células de Stem.
El 70-75% de los GIST son benignos.
Su incidencia es de 10-20 casos por millón de habitantes,
presentándose principalmente en la 4ª – 6ª década de la vida,
con una distribución por géneros similar.
Se pueden localizar en cualquier zona del tracto gastrointestinal,
mesenterio,
epiplón y retroperitoneo,
siendo la localización más frecuente el estómago,
el cual representa un 60-70% de los casos (mejor pronóstico),
seguido del intestino delgado,
y en menor frecuencia el colon,
recto y esófago.
Nuestra serie de pacientes se ha clasificado en cuatro grupos de riesgo de malignidad según el tamaño de la lesión inicial y el grado de mitosis celular: muy bajo (MB),
bajo (B),
medio (M) y alto (A) (Tabla 1).
Se estudia la localización y extensión inicial del tumor como variables pronósticas.
Se emplea la Tomografía computarizada como método de elección tanto para el diagnóstico como para la valoración de la repuesta al tratamiento,
empleando estudios TCMD en las fases arterial y venosa.
Para el estudio de las metástasis hepáticas (dada su naturaleza hipervascular) se valora el hígado con estudios bifásicos o trifásicos ya que estas metástasis en ocasiones sólo se demuestran en la fase arterial precoz o tardía.
El criterio de respuesta tradicional se ha basado únicamente en el tamaño (“Criterio RECIST”) lo cual puede infravalorar la respuesta al tratamiento en estadios precoces,
debido a cambios estructurales secundarios al tratamiento como son la hemorragia,
necrosis o degeneración mixoide intratumoral que pueden dar lugar en la TC a lesiones hipodensas que aumentan de tamaño.
Así surge un nuevo y modificado criterio de valoración que está basado en el tamaño y la densidad de tumor (“Criterios CHOI) (Tabla 2).
En caso de que la valoración de la respuesta tumoral al tratamiento mediante la TC sea confusa,
la PET o la PET-TC pueden servirnos de ayuda,
aplicando los criterios PERCIST (a día de hoy todavía no se encuentran admitidos),
permitiendo valorar la actividad metabólica de la lesión (valor de captación estándar,
“SUV”),
así como también permite la valoración en las primeras 24 horas tras el inicio del tratamiento en comparación con la TC que es de 1 mes aproximadamente (Tabla 3).