La afectación por género fue de 11 varones y de 10 mujeres (Figura 1) con edades comprendidas entre 41 y 79 años (media 61), con dos picos de incidencia máxima en la quinta y en la séptima década.
El dolor abdominal fue el síntoma principal (10 pacientes),
seguido de síndrome general (Figura 2).
La localición del tumor en orden decreciente fue; en 11 casos gástrico (52%),
en 10 casos intestino delgado (43%) (Figura 3) y 1 caso rectal (5%).
La TC resultó ser la modalidad diagnóstica inicial más requerida en la mayoría de los casos (Figura 4).
En 13 casos las lesiones se presentaron como lesiones heterogéneas con áreas hipodensas en su interior en relación con áreas de necrosis,
predominantemente exofíticas,
de bordes bien definidos y algunas de ellas hipervasculares en fase arterial (Figura 5),
siendo el tamaño medio de estas de 13,5 cm.
Las otras 8 lesiones se presentaron como lesiones homogéneas,
también predominantemente exofíticas y de bordes bien definidos,
siendo en esta ocasión el tamaño medio relativamente inferior,
de 5,3 cm.
Al diagnóstico 15 pacientes se presentaron como lesiones de alta agresividad (71%),
de los cuales 7 presentaban una masa >10 cm,
6 un índice mitótico > 10 cm y 5 enfermedad a distancia.
4 pacientes presentaron lesiones de baja agresividad (19%) ,
1 paciente presentó lesión de agresividad intermedia y otro paciente presentó lesión de muy baja agresividad (Figura 6).
En el momento del diagnóstico tan solo 5 de los pacientes presentaron enfermedad a distancia: la localización más frecuente de las metástasis fue la hepática (100%),
existiendo en 2 casos carcinomatosis peritoneal en el momento del diagnóstico (Figura 7).
El tratamiento inicial fue quirúrgico en 20 de nuestros pacientes,
asociando también en 5 de ellos Imatinib,
por la presencia de enfermedad a distancia en el momento del diagnóstico.
Solamente se desestimó tratamiento quirúrgico inicial en 1 paciente con Gist gástrico y múltiples metástasis hepáticas de gran volumen debido a un riesgo-beneficio alto.
Al final del seguimiento 7 de nuestros pacientes se encontraban libres de enfermedad.
Los otros 14 pacientes desarrollaron enfermedad a distancia en el transcurso de la enfermedad,
perteneciendo el 80% de éstos a los clasificados inicialmente como grupo de alto grado de gravedad,
siendo en los dos primeros años donde más incidencia se produjo.
(Figura 8).
La respuesta al tratamiento quimioterápico se realizó según los criterios CHOI,
y PERCIST,
objetivándose progresión de la enfermedad en 5 casos (Figura 9),
enfermedad estabilizada en 2 casos y remisión en 7 casos (siendo completa en 3 casos y parcial en 4 casos) (Figura 10,11 y 12).
En nuestra serie de pacientes se observó que de los 16 pacientes que presentaban enfermedad local al momento del diagnóstico,
tan solo un 19% desarrollaron progresión de la enfermedad,
mientras que de los 5 pacientes que presentaron enfermedad a distancia al momento del diagnóstico fue un 40% (Figura 13).
Por otro lado,
en controversia con la literatura,
se observó un mayor desarrollo a la progresión de la enfermedad en el grupo de los tumores de Gist gástricos (Figura 14).