Type:
Presentación Electrónica Científica
Keywords:
Ischaemia / Infarction, Infection, Haemorrhage, Complications, Surgery, CT, MR, Catheter arteriography, Emergency
Authors:
P. M. Hernandez Guilabert, I. Herrera Herrera, P. Sánchez-Camacho, M. E. Capilla, R. Gonzalez Gutiérrez; Toledo/ES
DOI:
10.1594/seram2014/S-0382
Objetivos
Las intervenciones quirúrgicas intracraneales son cada vez más frecuentes en la práctica clínica diaria,
habiéndose convertido las pruebas de imagen en algo fundamental para el seguimiento del paciente postquirúrgico.
El radiólogo debe saber reconocer los hallazgos postquirúrgicos normales en las diferentes técnicas empleadas por el neurocirujano y saber diferenciarlas de posibles complicaciones postquirúrgicas que pongan en peligro la vida del paciente.
Para una correcta interpretación de los hallazgos,
el radiólogo debe tener un extenso conocimiento de la anatomia intracraneal normal,
pero tambien del tipo de cirugía empleada,
de la patología subyacente del paciente y de su estado clínico,
haciendo esencial una comunicación entre el neurocirujano y el radiólogo para una correlación clínica,
quirúrgica y radiológica.
En el postoperatorio inmediato,
la Tomografía Computerizada (TC) es la principal prueba de imagen utilizada para descartar una complicación postquirúrgica debido a que es rápida,
accesible y compatible con el equipo de monitorización del paciente.
La TC nos permite valorar la presencia de hemorragia,
edema,
neumocéfalo a tensión,
herniación cerebral e infección (tras la administración de contraste intravenoso).
La Resonancia Magnética (RM) es más sensible que la TC en el diagnóstico de la infección y la isquemia intracraneal.
Ambas pruebas de imagen son susceptibles a artefactos que producen los posibles implantes metálicos que utilizan los neurocirujanos,
reduciendo su sensibilidad y especificidad y dificultandole al radiólogo la interpretación de los hallazgos.
El propósito de este trabajo es describir e ilustrar las diferentes complicaciones en los procedimientos llevados a cabo en nuestro hospital,
así como calcular su frecuencia,
teniendo en cuenta la indicación quirúrgica y el tipo de cirugía (urgente o programada).