Los tumores intracraneales son los tumores sólidos más comunes en niños,
siendo la segunda neoplasia más frecuente por detrás de las hematológicas,
en torno a 1-3/100.000 pacientes pediátricos.
Son,
además,
una importante causa de morbilidad y una mortalidad.
Más del 60-70% de los tumores intracraneales que aparecen en la edad pediátrica tienen una localización infratentorial,
siendo aún más frecuente en niños de comprendidos entre los 4 y los 11 años.
Algunos autores han propuesto que este tipo de tumores derivan de la transformación de las células madre,
con capacidad para diferenciarse en células neuronales o gliales,
de ahí que podamos encontrar diferentes estirpes celulares en un mismo tumor.
La localización de estas células y por lo tanto de estos tumores es preferentemente periventricular.
La clínica del paciente va a estar directamente condicionada por la localización tumoral: la aparición de diplopia,
nistagmus y/o ataxia sugiere una localización cerebelosa,
mientras que la debilidad,
espasticidad y la afectación de los pares craneales aparecen en tumores del tronco del encéfalo.
Además es común la aparición de síntomas debidos al aumento de presión intracraneal (cefalea,
vómitos y papiledema),
ya sea por el efecto de masa del propio tumor o por la hidrocefalia consecuente de una obstrucción del cuarto ventrículo.
En los lactantes puede llegar a producir macrocefalia por la ausencia de cierre de las suturas.
Los principales tumores de la fosa posterior son el astrocitoma pilocitico juvenil (APJ),
el meduloblastoma (MB),
el ependimoma y los tumores del tronco encefálico.
Debido al diferente pronóstico y manejo terapeútico que necesitan estos pacientes es imprescindible llegar a un correcto diagnóstico,
habiéndose convertido las técnicas convencionales y avanzadas de la resonancia magnética (RM) en la piedra angular en el diagnóstico inicial y seguimiento de estos tumores pediátricos.
El propósito de este trabajo es revisar los tumores de la fosa posterior más frecuentes en la edad pediátrica,
ilustrando los hallazgos radiológicos más específicos en las técnicas convencionales y avanzadas de la Resonancia Magnética (RM).
Revisamos los principales diagnósticos diferenciales y el papel que tiene esta técnica de imagen en el pronóstico y en el seguimiento de la respuesta al tratamiento.