Se han revisado los casos de neoplasias más frecuentes diagnosticados en pacientes pediátricos (de 0 a 12 años) en nuestro hospital durante los últimos 3 años (enero 2011- enero 2014).
los métodos de imagen utilizados para su diagnóstico,
estadiaje y seguimiento fueron:
- PET/TC GEMINI GXL
- RM GENERAL ELECTRIC Signa Horizont 1.5 T
- TC General Electric Light Speed VCT 64 coronas.
- US Phillips IU 22.
REVISIÓN DEL TEMA:
Las complejas decisiones médicas sobre el tratamiento de los pacientes oncológicos son mayormente guiadas por los hallazgos en la imagen,
entre otros factores.
Muchos procedimientos radiológicos nos aportan información anatómica y morfológica de los tumores,
pero poca o nula sobre su metabolismo1.
La tomografía computarizada (TC) y la resonancia magnética (RM) son técnicas de imagen que nos aportan información anatómica en el diagnóstico,
estadiaje y seguimiento del cáncer.
La tomografía por emisión de positrones (PET) y especialmente el 2-[fluorine-18] fluoro-2-deoxy-d-glucose (FDG) ha demostrado ser valioso en la prestación de información cualitativa y cuantitativa del metabolismo tumoral,
lo que es crítico para su diagnóstico y seguimiento.
El PET tiene la habilidad de demostrar la actividad metabólica anormal en un órgano que todavía no muestra una apariencia anormal en el TC o RM2.
Pero también hay que tener en cuenta que en ciertas ocasiones,
es imposible la localización precisa de un área de aumento de la actividad en las imágenes de PET,
debido a su pobre detalle anatómico1.
Así pues,
la modalidad de imagen basada en la fusión del PET y la tomografía computarizada (TC) en un único procedimiento y con ausencia de movimientos del paciente3,
ha aumentado la capacidad diagnóstica por la combinación de la localización anatómica precisa y la información metabólica de las estructuras normales y anormales1.
En nuestro centro….
El cáncer es una causa importante de morbilidad y mortalidad en la infancia.
Constituye la segunda causa de muerte en la edad pediátrica (la primera causa son los traumatismos),
siendo la causa de aproximadamente el 10% de las muertes pediátricas2.
Vamos a revisar la utilidad del PET-TC en el estudio de las neoplasias más comunes desarrolladas en la edad pediátrica: las neoplasias del sistema nervioso central (SNC) y los linfomas; y otras menos comunes como los neuroblastomas,
el tumor de Wilms,
los osteosarcomas y sarcoma de Ewing,
y los sarcomas de partes blandas. Además de las aplicaciones clínicas del PET-TC,
también es importante conocer las consideraciones generales de la preparación del paciente pediátrico,
y la dosis de radiación que conlleva esta prueba.
PREPARACIÓN PACIENTE:
Los padres podrán acompañar al niño durante la exploración para proporcionar un soporte emocional.
Durante su realización el niño ha de estar inmóvil,
por lo que debemos recurrir si es necesario a métodos de inmovilización,
que bien pueden ser externos o precisar el uso de sedación. La sedación está indicada en todo paciente que se anticipe que no va a mantener la inmovilización durante la ejecución de la prueba,
y por tanto las imágenes resultantes no serán de calidad.
En caso de sedación,
es necesario un equipo de enfermería y de anestesia experimentado2.
El protocolo de sedación varia de un centro hospitalario a otro.
Para un consenso en el desarrollo del programa de sedación se pueden consultar varias guías como la de la Sociedad de Medicina Nuclear,
la Academia Americana de Pediatras,
o la Sociedad Americana de Anestesia2.
El ayuno del paciente es necesario durante las 4-6 horas previas a la realización del PET/TC por la posibilidad del uso del contraste i.v.,
el realce del FDG captado y para minimizar la captación cardiaca1.
Antes de la administración de FDG se debe medir la glucemia del paciente,
ya que la captación de FDG intracelular compite con los inhibidores de la glucosa.
Se recomiendan unos niveles de 150 mg/dl 1.
No se han descrito contraindicaciones para la administración de FDG,
y su dosis normalmente administrada es de 10 mCi intravenoso.
El dato cuantitativo que nos proporciona el PET es el valor de captación estandarizado (SUV),
que proporciona la semicuantificación de la captación de FDG.
Su cálculo en los pacientes pediátricos es diferente al utilizado en los adultos,
debido a los cambios corporales que transcurren en la infancia3.
El SUV en el paciente adulto se basa en la superficie corporal,
que es un parámetro más uniforme que el peso,
utilizado en el paciente pediátrico2.
El contraste intravenoso (i.v.) no es rutinariamente utilizado en el estudio de PET/TC,
ya que los protocolos de su administración para la obtención de imágenes óptimas de TC varían según la región anatómica a valorar,
el peso y la edad del paciente.
La comunicación del equipo de radiodiagnóstico con el de medicina nuclear es necesaria para indicar el protocolo de administración del contraste i.v.
en base a la región anatómica a valorar,
al peso y a la edad del paciente.
En nuestro centro se administraran 2 ml x kg de peso,
en un flujo de 1.5.
DOSIS DE RADIACIÓN:
Varios factores afectan a la dosimetría de la emisión de positrones (FDG) frente a los agentes de fotón único (Ga citrato,
TC 99,
entre otros).
Por un lado,
la energía por protón es alta (511 keV en FDG PET frente a 140 keV del Tc 99,
por ejemplo),
y hay 2 fotones emitidos para su desintegración,
lo que conlleva una mayor energía por unidad de actividad que con muchos agentes fotones únicos1.
Por otro lado,
la alta energía por protón también conlleva que una pequeña fracción de fotones sea absorbida por el paciente. La Tabla 1 Table 1 resume la dosimetría de FDG para algunos órganos determinados en función de la edad del paciente,
así como la dosis efectiva para la población pediátrica.
Pie de tabla.
La dosis efectiva en un niño de un año de edad es de 5.1 mSv,
y de 7.4 mSv en un adulto.
El órgano crítico es la vejiga,
ya que la dosis es de 6-8 veces mayor que la dosis efectiva (basada en su cálculo en 2 horas tras la micción).
La radiación absorbida con FDG PET es muy similar a la de otros trazadores.
Como ya se ha mencionado antes,
los padres pueden permanecer junto al niño durante la prueba.
Hay que considerar la exposición a la radiación de los padres durante el procedimiento.
Se asume que el paciente recibe 260 MBq y se considera como punto de corte de no absorción.
Los pacientes deben prepararse en una habitación durante 60 minutos durante la recepción,
y después se adquiere la imagen durante otros 60 minutos. Los padres pueden permanecer con el paciente durante la prueba,
pero han de seguir las instrucciones y mantener la distancia necesaria con el paciente.
La Tabla 2 Table 2 estima la exposición total de los padres durante ambos periodos (recepción y toma de imagen),
en base a la distancia con el paciente.
Con respecto a la dosis de radiación en TC,
la dosis del paciente varía dependiendo del tubo de voltaje y del tamaño del paciente.
La tabla 3 Table 3 resume la dosis del paciente en base a su edad (basada en un estudio de un fantoma utilizando factores de distintas tallas) con respecto a un tubo de voltaje.
Los pacientes pequeños reciben una sustancial mayor dosis que los adultos en una misma adquisición de TC con los mismos parámetros.
Por tanto,
los parámetros de adquisición del TC han de ser adaptados al tamaño del paciente.
Se sugiere una reducción de la exposición del 30 al 50% en el TC de un paciente pediátrico con respecto a un adulto4.
Esta reducción de la exposición disminuye proporcionalmente la dosis de radiación absorbida sin asociar una pérdida significativa de información en la imagen.