La RM proporciona un amplio campo de visión,
capacidad multiplanar y excepcional resolución de contraste.
Algunos de los últimos estudios de RM han demostrado exactitud alrededor de 90 % en el diagnóstico de la endometriosis.
En este contexto las imágenes de RM representan un excelente método para identificar el contenido de sangre vieja que caracteriza a los endometriomas,
así como establecer un mapeo de los implantes endometriales profundos.
Otras indicaciones importantes dela RM son la identificación de las adherencias pélvicas,
las localizaciones atípicas de la implantación y la participación de otros órganos.
CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS DE LA RM PÉLVICA
La resonancia magnética debe llevarse a cabo utilizando una antena de superficie externa centrada en la pelvis que proporciona una mayor relación señal-ruido,
mejora la resolución espacial y mejora la visualización de detalle anatómico.
Los planos de imagen incluyen las tres proyecciones estándar (axial,
sagital y coronal),
siendo el plano sagital particularmente útil para evaluar la presencia de enfermedad en el fondo de saco de Douglas y el recto.
Se necesita ayuno previo e inyección intramuscular de un inhibidor del peristaltismo intestinal para reducir los artefactos de movimiento que pueden llegar a disminuir la calidad de la imagen.
La RM se realiza con repleción moderada de la vejiga del paciente ya que la vejiga vacía o llena en exceso puede obliterar los recesos adyacentes y comprometer la identificación de las lesiones más pequeñas.
El protocolo de RM incluye diferentes secuencias (imágenes potenciadas en T2,
T2 con supresión grasa,
T1 y T1 con supresión grasa).
Las imágenes en T2 se realizan en los tres planos del espacio.
La secuencia T1 con supresión grasa siempre debe realizarse porque reduce el rango dinámico de la señal de la grasa,
acentuando las diferencias entre la señal de los diferentes tejidos y permitiendo la detección de pequeños focos hemorrágicos.
La administración de material de contraste basado en gadolinio no es particularmente útil en la evaluación de los endometriomas.
El patrón de realce obtenido es variable y no permite diferenciar entre procesos benignos y malignos.
En consecuencia el uso de gadolinio debe reservarse para aquellos casos en los que existe la sospecha de carcinoma de ovario sobreañadido.
Recientemente las imágenes de difusión ponderada también se han añadido con el fin de mejorar la detección de los implantes endometriales.
Sin embargo no hay artículos radiológicos suficientes para evaluar el papel de esta secuencia.
Aunque no es esencial para la evaluación de la endometriosis,
el gel intravaginal se puede administrar para distender la cavidad vaginal y permitir una mejor evaluación del compartimento posterior (área retrocervical y fondos de saco vaginales).
También se puede administrar gel endorrectal si se sospecha la afectación rectal.
Fig. 1: Protocolo de RM de nuestro centro
CARACTERÍSTICAS POR IMAGEN DE LA ENDOMETRIOSIS
La endometriosis muestra un amplio espectro de presentaciones de acuerdo a su profundidad (endometriosis superficial y profunda) y su localización.
Así pues,
podemos dividir la pelvis en tres compartimentos: anterior (vejiga urinaria y uretra),
medio (órganos genitales femeninos y ligamentos anchos),
y posterior (recto y tejido conectivo que lo rodea).
Merecen una mención separada los endometriomas.
A.
ENDOMETRIOSIS SUPERFICIAL
En la endometriosis superficial existen placas superficiales de la enfermedad dispersas por el peritoneo,
los ovarios y los ligamentos uterinos.
Las imágenes de resonancia magnética no son suficientemente sensibles para detectar y evaluar estas placas de endometriosis.
En las imágenes de RM estas lesiones son a menudo no visibles debido a que son pequeñas y planas,
y por lo tanto de detección difícil.
Sólo pueden ser detectados cuando aparecen como quistes hemorrágicos,
con alta intensidad de señal en T1 y baja intensidad de señal en T2,
o bien cuando superan los 5 mm.
B.
ENDOMETRIOMAS
Los endomeriomas (también conocidos como quistes de chocolate) se desarrollan cuando las lesiones de endometriosis en la superficie del ovario se invaginan.
La sangre producida por un implante de este tipo durante cada ciclo menstrual no puede escapar y se acumulará dentro del ovario,
dando como resultado el desarrollo de un quiste conocido como endometrioma.
Los endometriomas usualmente presentan una pared delgada y suave,
pero pueden tener un borde áspero o un aspecto complejo en el caso de larga evolución,
lo que dificulta el diagnóstico diferencial con otros procesos.
La diferenciación del quiste endometriósico de otras masas anexiales puede no ser fácil a veces solo con el diagnóstico ecográfico.
En este punto la RM ha demostrado tener una mayor especificidad para el diagnóstico de endometriomas respecto a otras técnicas de imagen no invasivas.
En las imágenes potenciadas en T1 se detecta una alta intensidad de señal relativamente homogénea (similar o superior a la de la grasa).
Adicionalmente,
las imágenes T1 con supresión grasa han demostrado mejorar la sensibilidad de la RM en la detección de lesiones pequeñas y aumentar su especificidad,
dado que las lesiones que contienen grasa,
como los quistes dermoides se eliminan del diagnóstico diferencial.
Una característica común e importante de los endometriomas es la conocida como "sombra" o pérdida de la señal dentro de la lesión (en inglés shading).
Este efecto se puede ver en las imágenes potenciadas en T2 y refleja la naturaleza crónica de un endometrioma como resultado del sangrado cíclico acumulado durante meses o años.
Además ayuda a diferenciar los quistes de endometriosis de otras lesiones que contienen sangre como quistes hemorrágicos donde el sangrado no es cíclico.
Los endometriomas son lesiones muy viscosas,
con muy altas concentraciones de hierro y proteínas.
A estas concentraciones elevadas,
puede producirse la reticulación de proteínas,
con la consiguiente disminución en el tiempo de relajación de las secuencias potenciadas en T2 y contribuyendo a la formación de la mencionada sombra.
Así pues,
el sombreado está presente cuando un quiste hiperintenso en las imágenes potenciadas en T1,
es hipointenso en las imágenes potenciadas en T2,
hallazgo característico de los endometriomas.
No obstante,
los endometriomas en las imágenes potenciadas en T2 a menudo muestran una intensidad de señal mixta,
lo que refleja la diferente concentración de productos de la sangre y como consecuencia su señal puede variar,
teniendo endometriomas con señal homogénea,
heterogénea o en capas.
Fig. 2: Paciente de 32 años que consulta por infertilidad. Presenta endometriomas voluminosos y endometriosis profunda con afectación del compartimento anterior y posterior.
T2 axial (a) y T1 con supresión grasa (b). Voluminosos endometriomas unidos en la línea media y posteriores al cuerpo uterino (signo del beso) que presentan “el signo del sombreado” en T2, y señal marcadamente hiperintensa en T1 (*). Estos hallazgos traducen el contenido hemático en diferentes estadíos. Dilatación tubárica derecha (flecha).
T1 con supresión grasa axial (c) y sagital (d). Focos hiperintensos situados en un engrosamiento focal de la pared vesical posterior (punta de flecha amarilla) y en el fondo de saco de Douglas (punta de flecha naranja), indicativos de implantes endometriósicos.
C.
ENDOMETRIOSIS PÉLVICA PROFUNDA
En la endometriosis pélvica profunda existe infiltración subperitoneal de los implantes endometriales.
El papel de la RM en la caracterización de este tipo de lesiones es especialmente importante debido a su extensión y diferentes presentaciones.
Un mapeo exacto de las lesiones de endometriosis en la pelvis presenta un valor incalculable para la planificación del tratamiento a cada paciente.
Adicionalmente,
para una evaluación adecuada se requiere un conocimiento preciso de la anatomía de la pelvis y de las características de los implantes de endometriosis.
Los focos endometriósicos presentan predominantemente una proliferación de músculo liso a su alrededor y también componente fibrótico.
Ambos hallazgos a menudo producen la aparición de una masa sólida que se extiende más de 5 mm desde la superficie peritoneal al interior de las estructuras adyacentes.
Así pues,
la endometriosis pélvica profunda se define como la invasión subperitoneal que excede los 5 mm de profundidad.
La endometriosis se caracteriza por la multifocalidad y las estructuras anatómicas con mayor frecuencia involucradas son la región retrocervical,
los ligamentos úterinos,
el recto,
el tabique rectovaginal,
la vagina,
el tracto urinario y otros lugares en la pelvis extraperitoneal.
En las imágenes de RM las lesiones endometriales tienen una intensidad de señal similar a la del músculo liso,
con baja intensidad de señal en las imágenes potenciadas en T2,
intermedia o alta en las imágenes T1,
y mínimo realce después de la inyección intravenosa de contraste.
Pero también pueden observarse áreas quísticas,
con o sin contenido hemorrágico.
Por último se debe mencionar que los focos de escaso tamaño pueden identificarse fácilmente gracias a la secuencia T1 con supresión de la grasa por su alta intensidad de señal,
indicando la presencia de hemorragia.
Debemos tener en cuenta también que la formación de adherencias supone una complicación común de la endometriosis.
En las imágenes de RM las adherencias pueden verse como tractos espiculados con intensidad de señal baja o intermedia en T1 y T2.
Esto representa un signo directo de endometriosis profunda.
Pero las adherencias también pueden ser diagnosticadas a través de signos indirectos.
Las adherencias pueden fijar órganos pelvicos,
lo que puede conllevar un desplazamiento posterior del útero y de los ovarios y causar la elevación del fondo de saco vaginal posterior,
la angulación de las asas intestinales e incluso hidronefrosis.
La convergencia de ambos ovarios en la línea media por detrás del cuerpo uterino es uno de los hallazgos más frecuentes y se conoce como "Kissing ovaries" ( el signo del beso).
Fig. 3: Paciente de 36 años con endometriomas bilaterales y endometriosis en el recto.
T2 sagital (a) y axial (b) demostrando endometriomas bilaterales (asteriscos) y una masa irregular e hipointensa en el fondo de saco de Douglas (punta de flecha) con infiltración de la pared rectal.
T1 con supresión de la grasa axial. Masa con pequeños focos hiperintensos (flecha), hallazgo que indica contenido hemático.
La compleja anatomía de la pelvis femenina y el perineo se entiende mejor cuando estas regiones se subdividen de acuerdo a los requisitos funcionales y clínicos en compartimentos anterior,
medio y posterior.
La capacidad multiplanar de las imágenes de RM permite la mejor evaluación de la anatomía (Coutinho,
2011) (Pardini,
2011).
Bazot et al en 2004 describieron la sensibilidad,
especificidad y valores predictivos positivos y negativos,
y la precisión de las imágenes de RM en la endometriosis profunda en una serie de 195 mujeres.
Los resultados fueron respectivamente 90.3%,
91%,
92.1%,
89% y 90.8%.
El peritoneo cubre la cúpula de la vejiga creando unos pliegues anteriores y posteriores conocidos como el espacio prevesical y la bolsa vésico-uterina,
respectivamente.
Este último lugar es un sitio frecuente de afectación por endometriosis infiltrante profunda. Así pues,
los nódulos de endometriosis se pueden localizar en la pared posterior o superior de la vejiga urinaria y sobre la pared anterior del útero.
El septo vésico-vaginal también puede verse afectado y los implantes puede manifestarse como lesiones quísticas a este nivel.
El tracto urinario está involucrado en sólo el 4 % de las mujeres con endometriosis,
de los cuales en alrededor del 90 % la vejiga es la localización afecta.
Cuando la vejiga se ve afectada los implantes de endometriosis a menudo se limitan solo a la superficie serosa.
Sin embargo,
en algunos pocos casos también pueden infiltrar en profundidad la capa muscular y se manifiestan como masas murales que se proyectan hacia la luz vesical.
La endometriosis vesical se puede ver en las imágenes de RM como anomalías morfológicas de la pared vesical que reemplazan la señal normal del músculo detrusor vesical (incluyendo un engrosamiento localizado o difuso de la pared vesical hipointenso en las imágenes potenciadas en T2).
Las imágenes potenciadas en T1 con saturación de la grasa son cruciales para diferenciar entre la endometriosis y el cáncer de vejiga,
ya que en la primera pueden ser detectados con alta frecuencia pequeños focos hiperintensos sobre el área de engrosamiento mural que indican la presencia de contenido hemático.
Por último,
la endometriosis ureteral en la pelvis por lo general se presenta como resultado de la extensión contigua de la endometriosis vesical.
Normalmente se detectan nódulos irregulares hipointensos en las imágenes T2 o bien en forma de adherencias retráctiles hacia los uréteres.
La dilatación ureteral craneal al sitio de la obstrucción se debe informar con prontitud,
ya que puede resultar en el deterioro de la función renal homolateral.
En este contexto las imágenes potenciadas en T2 proporcionan la mejor evaluación.
Fig. 4: Paciente de 40 a con implantes endometriósicos en el Compartimento anterior y estenosis ureteral.
T2 sagital (a,b) y axial (c). Lesión endometriósica estrellada hipointensa (flecha) que contiene pequeñas áreas quísticas en la región paracervical. La lesión rodea el uréter condicionando una obstrucción con dilatación superior (asterisco). Engrosamiento hipointenso de la pared vesical.
T1 con supresión grasa (d). Focos hiperintensos situados en un engrosamiento focal de la pared vesical, indicativos de implantes endometriósicos (punta de flecha).
Contiene los órganos genitales femeninos,
incluyendo los ovarios,
las trompas de Falopio,
el útero,
la vagina y los ligamentos uterinos.
Las lesiones endometriales en los ligamentos uterinos,
como el ligamento ancho y los ligamentos redondos del útero,
por lo general se manifiestan como un engrosamiento irregular y nodular de estas estructuras.
Cuando las lesiones afectan al útero y las trompas de Falopio normalmente se encuentran en la superficie serosa.
Debemos remarcar el torus uterino,
donde los ligamentos sacrouterinos se unen,
dado que es una localización común de la endometriosis sobre el útero.
Los ovarios son la localización más frecuente (hasta en un 50 % de los casos).
Las lesiones de endometriosis pueden manifestarse como (1) implantes pequeños y poco profundos,
que dan como resultado una cicatrización paraovárica y la formación de adherencias,
o (2) el aumento del tamaño del ovario por medio de la formación de endometriomas (ya mencionados previamente).
El compartimento posterior es la ubicación con mayor número de implantes de endometriosis.
Incluye la bolsa rectovaginal (fondo de saco de Douglas),
el área retrocervical,
los ligamentos uterinos,
el fondo de saco vaginal posterior,
el tabique rectovaginal y el recto.
La bolsa rectovaginal es la localización pélvica más frecuente de implantes endometriósicos.
En el fondo de saco de Douglas las lesiones sólidas profundas generalmente se manifiestan como engrosamientos de tejido mal definidos e hipointensos en las imágenes potenciadas en T2.
Sin embargo,
algunos focos de endometriosis pueden presentar más componente glandular que reacción fibrótica.
En estos casos,
se muestran como hiperintensos en las imágenes potenciadas en T1,
traduciendo el contenido hemático,
mientras que en T2 la señal muestra una intensidad variable.
El plano sagital en T2 es la mejor manera de evaluar los cambios fibróticos en esta área.
Las lesiones en la bolsa rectovaginal pueden extenderse a la pared rectal anterior obliterando el saco de Douglas,
o bien inferiormente hacia la zona retrocervical y el manguito vaginal.
Como hallazgos asociados a este escenario mencionamos la retroversión uterina y las adherencias de aspecto angular con el recto,
reflejando el componente fibrótico existente.
Fig. 5: Paciente de 38 años con afectación del saco de Douglas y el área retrocervical. Compartimento posterior.
T2 sagital (a) y axial (b). Cambios fibróticos con baja señal (flechas) con adherencias entre la pared posterior cervical y el recto adyacente.
Es importante mencionar el papel de la RM en la detección de lesiones a este nivel dado que la laparoscopia puede llegar a pasar por alto la infiltración endometriósica en el fondo de saco de Douglas debido a que en un alto porcentaje de casos,
como consecuencia de los cambios fibróticos y adherenciales con la pared rectal anterior,
se origina un falso suelo peritoneal que oculta dichos cambios.
En cuanto a los ligamentos uterinos,
la porción medial y proximal es la que presenta mayor grado de afectación por la endometriosis debido a su proximidad con el recto y los fórnices vaginales.
Los hallazgos por RM a este nivel se caracterizan por anomalías morfológicas,
tales como el engrosamiento fibrótico bilateral o asimétrico y la presencia de focos de hemorragia.
Cuando se sospecha afectación del tabique rectovaginal,
dado que se trata de una separación membranosa muy delgada y casi no discernible,
la distensión vaginal y rectal con gel puede ayudar a definir mejor este espacio.
Finalmente,
mencionamos el recto y el colon sigmoide como los segmentos intestinales que más comúnmente están afectados por la endometriosis.
Los implantes son generalmente serosos pero eventualmente pueden erosionar en profundidad a través de las capas subserosas y causar engrosamiento marcado y fibrosis de la muscular propia del intestino.
Sin embargo la mucosa se encuentra casi en todos los casos intacta.
Las imágenes de RM ayudan a determinar la profundidad de la infiltración mural,
la longitud de la zona afectada y la distancia de la lesión desde el ano.
Fig. 6: Paciente de 42 años con extensa infiltración por endometriosis profunda en el compartimento posterior de la pelvis.
T2 sagital (a). Gel en el interior del recto (r) y en el interior de la vagina (v). Las imágenes de RM demuestran infiltración endometriósica de la serosa uterina posterior y de la pared anterior del recto.
T2 coronal oblicuo (b). Infiltración del fórnix vaginal izquierdo. La distention de la vagina con gel (flecha curva) facilita la identificación de la lesión. En el ovario izquierdo se evidencia un endometrioma multilocular (flecha fina).
T2 axial oblicuo (c). Engrosamiento irregular y de baja señal de los ligamentos uterosacros izquierdos (punta de flecha).
T1 con supresión grasa axial oblicuo (d). Detección de contenido hemorrágico en el tejido endometriósico del ligamento (punta de flecha).
Otras complicaciones más graves y menos frecuentes que debemos mencionar son las adherencias,
estenosis y obstrucciones intestinales que se pueden originar como resultado de la respuesta inflamatoria a la hemorragia cíclica.
Las imágenes potenciadas en T2 proporcionan la mejor visualización de este tipo de lesiones.
ENTIDADES ASOCIADAS: ADENOMIOSIS
La adenomiosis es una condición no neoplásica caracterizada por una infiltración benigna de tejido endometrioide ectópico en el miometrio con hiperplasia del músculo liso adyacente.
La RM es una herramienta diagnóstica que permite un diagnóstico preciso y no invasivo,
diferenciando está entidad de otros desórdenes ginecológicos y ayudando a planear un adecuado tratamiento.
Tipicamente la adenomiosis aparece en las imágenes de RM como una área de límites imprecisos y de señal hipointensa en T2,
debido a la proliferación de abundante tejido fibrovascular.
Su señal es heterogénea debido a la presencia de pequeños quistes de alta señal en T2,
y de pequeños focos hemorrágicos puntiformes de señal alta en T1.
Realizar un estudio con contraste en estos casos no contribuye a un diagnóstico más preciso ya que la adenomiosis presenta diferentes grados de realce tras el contraste que pueden inducir a error.
Además se debe tener en cuenta sus diferentes formas de presentación (difusa o parcial).
Esta variabilidad en la presentación es secundario a que este tejido endometrial ectópico también responde a los estímulos hormonales tal y como sucede en el resto de manifestaciones de la endometriosis.
Fig. 7: Paciente de 42 años con endometriosis profunda y adenomiosis.
T2 sagital y coronal (a y b). Pequeños restos de tejido endometrioide glandular en forma de pequeños quistes en el miometrio (flechas). Cambios fibróticos en espacio retrocervical (punta de flecha).
T2 coronal (c). Endometrioma anexial derecho con restos hemáticos por capas, en posición declive (*).
LOCALIZACIONES ATÍPICAS DE LOS IMPLANTES Y PAPEL DE LA RM
La imágenes de RM pélvica presentan el valor añadido,
frente a otras técnicas diagnósticas como la ecográfica,
de permitir diagnosticar y evaluar las lesiones de endometriosis en sitios poco frecuentes de la pelvis.
Algunos ejemplos serían: la fosa isquiorrectal,
el nervio ciático,
las adenopatías,
la vulva o bien el apéndice cecal.
Se trata de localizaciones retroperitoneales o extraperitoneales.
Fig. 8: Paciente de 36 años con endometriosis profunda en pelvis y un foco de endometriosis en el espacio psoas.
T2 axial (a). Masa hipointensa, irregular y espiculada en el espacio psoas derecho (flecha) correspondiendo a un foco de endometriosis. Endometrioma que muestra similar intensidad de señal (*). Dilatación bilateral de ambos uréteres que muestran catéteres en su interior (puntas de flecha). La dilatación es secundaria a estenosis ureteral en la pelvis por la endometriosis profunda.
T1 con supresión de la grasa axial (b) en el mismo nivel. Alta hiperintensidad de ambas lesiones, reflejando contenido hemático.
Pero además,
la endometriosis extrapélvica también se ha descrito en casi todas las cavidades y órganos corporales,
siendo una localización muy frecuente la pared abdominal.
Los procedimientos quirúrgicos en los que se abre el útero,
como las cicatrices de cesárea,
representan una de las localizaciones más típicas de estos implantes.
No obstante los endometriomas de la pared abdominal pueden desarrollarse espontáneamente en ausencia de cicatriz quirúrgica previa,
lo que condiciona una mayor dificultad en el diagnóstico diferencial con otras lesiones de partes blandas.
Las lesiones abdominales endometriósicas pueden variar desde tumores sólidos con aspecto fibrótico,
a tumores heterogéneos con cambios quísticos debido a la hemorragia intralesional.
Además tanto el tejido subcutáneo como el muscular pueden estar involucrados.
El valor diagnóstico de las imágenes de RM reside es su alta sensibilidad para la detección de lesiones pese a su eventual escaso tamaño,
dado que es capaz de distinguir la señal hemorrágica de estas lesiones.
Adicionalmente,
permite una mejor valoración de los límites entre los músculos y los tejidos subcutáneos abdominales si la comparamos con la TC abdominal.
Fig. 9: Paciente de 37 años con antecedentes de parto con cesárea con nódulo en el tejido subcutáneo de la pared coincidiendo con la cicatriz de la cesárea. Ausencia de dolor pélvico previo.
T2 axial (a) lesión espiculada e hipointensa en la pared abdominal. T1 con supresión grasa axial (b). La misma lesión con pequeños focos de sangrado que añaden especificidad a la lesión. La cirugía confirmo el diagnóstico de endometriosis.
Fig. 10: Paciente de 40 años con lesión en el suelo pélvico y antecedentes de episiotomía.
T2 sagital (c) y T1 sagital (d). Lesión espiculada en el suelo pélvico (flecha). Es hipointensa en T2 y muestra pequeños focos de sangrado en T1. Se localiza en la cicatriz de la antigua episiotomía.
(Imagen cedida por el Institut de diagnòstic per la imatge de Lleida)
Fig. 11: Paciente de 38 años con endometriosis y dolor en el hombro coincidiendo con la menstruación
T1 con supresión de la grasa sagital y coronal (a y b). Pequeña lesión marcadamente hiperintensa en el segmento posterior de la cúpula hepática (puntas de flecha) que corresponde a implante endometriósico.
ENDOMETRIOSIS Y CANCER
Aunque la endometriosis por sí sola no es considerada una enfermedad maligna ni incluso una condición premaligna,
existen evidencias tanto epidemiológicas como histológicas de la existencia de una relación entre la endometriosis y el cáncer de ovario de tipo endometrioide y de células claras,
incrementando su riesgo de aparición hasta 2 o 3 veces respecto a la población normal.
Sin embargo,
dada la extremadamente alta incidencia de endometriosis en las mujeres,
las evidencias de las que disponemos son débiles y presentan todavía muchos aspectos controvertidos,
siendo no suficientes para considerar la endometriosis como una condición premaligna en la actualidad.
Las imágenes de RM nos ayudarán a hacer un diagnóstico más rápido y preciso de imágenes sospechosas en el contexto de pacientes con endometriosis.
Para ello debemos ampliar el estudio con contraste endovenoso y secuencias de difusión.
Fig. 12: Paciente de 63 años con antecedentes de endometriosis y masa ovárica derecha. La anatomía patológica de la pieza quirúrgica demostró un carcinoma de células claras de ovario FIGO IC G3.
T2 sagital, coronal y axial (a, b y c). Lesión nodular en ovario derecho de señal heterogénea en T2 a diferencia de los endometriomas clásicos (flechas). T1 post contraste ev (d) captación heterogénea de dicha lesión (flecha).