El dolor en fosa iliaca izquierda acompañado de fiebre es un problema clínico frecuente originado por procesos de variada etiología y pronóstico.
A menudo es difícil de llegar a un diagnóstico definitivo basándonos solo en la historia y las pruebas clínicas recurriendo de esta forma a las estudios de imagen en la mayoría de las circunstancias.
Teniendo en cuenta la estructuras anatómicas situadas en dicha zona podemos dividir la patología en cuatro grupos:
- Etiología gastrointestinal: el colon sigmoide es el principal órgano gastrointestinal situado en la fosa iliaca izquierda y responsable de la patología más frecuente ,
la diverticulitis aguda.
Pero no todo dolor y fiebre en fosa iliaca izquierda es diverticulitis aguda,
el principal diagnóstico diferencial se debe realizar con la neoplasia de sigma complicada.
Otras patologías a tener en cuenta son: las colitis ( isquémica,
infecciosa,
pseudomembranosa o por radiación),
la apendicitis epiploica, el infarto omental y la perforación de sigma por cuerpo extraño.
- Etiología ginecológica: dentro de este grupo los principales órganos a tener en cuenta son el ovario y trompa izquierda,
y las principales patologías son: quiste ovárico complicado,
enfermedad inflamatoria pélvica (EIP) endometriosis y rotura de embarazo ectópico.
- Etiología urológica: el cálculo ureteral es el principal diagnóstico dentro de este grupo.
Aunque el típico dolor del cólico renal es un dolor lumbar en muchas ocasiones se irradia a flanco y fosa iliaca dificultando el diagnóstico,
esto se produce por la migración de la litiasis a lo largo de todo el trayecto ureteral.
- Etiología muscular: dentro de este grupo trataremos los abscesos del músculo iliopsoas.
ETIOLOGÍA GASTROINTESTINAL:
Diverticulitis aguda (DA):
Es la primera entidad a tener en cuenta ante un paciente varón con dolor y fiebre en fosa iliaca izquierda.
La diverticulosis afecta al 5-10% de personas por encima de los 45 años y hasta el 80% de los mayores de 85 años.
Pueden tener diversidad de tamaños pero por los general van desde 2- 3 mm hasta 2 cm y se producen por una herniación sacular de la mucosa y submucosa a través de la capa muscular de la pared.
Estas saculaciones se producen principalemente en la zona donde los vasos penetran en la capa muscular,
explicando así la tendencia de los divertículos al sangrado Cuando el cuello del divertículo se ocluye por heces,
material inflamatorio o partículas de alimentos se produce una microperforación del mismo,
una inflamación circundante pericólica y con ello un cuadro de diverticulitis aguda.
El sigma es el principal tramo del colon afectado.
A pesar de que la mayoría de bibliografía considera la TC como el “gold estandard” para el estudio de la patología gastrointestinal,
el rendimiento de la ecografía puede ser excelente para una aproximación diagnóstica,
por ello en un primer momento ante la sospecha de diverticulitis aguda podemos comenzar con el empleo de un estudio ecografico, donde debemos observar: Fig. 1
→ Engrosamiento concéntrico y segmentario de la pared del colon que suele ser hipoecoico,
reflejando el engrosamiento predominante de la capa muscular.
→ Diverticulos inflamados ,
que se pueden manifestar como focos ecogénicos con sombra acústica o artefacto en anillo en el seno o adyacente al tramo de colon engrosado.
→ Inflamación de la grasa pericólica,
que aparece como zonas de mayor ecogenicidad que puede estar acompañado de líquido libre.
→ Formación de abscesos.
→ Tractos sinusales intramurales: ecos intramurales en el seno de la pared intestinal (muscular).
→ Fístulas: ecos lineales que se extienden desde el segmento intestinal afecto hasta vejiga,
vagina o asas adyacentes.
→ Cambios en la grasa mesentérica
La TC abdomino-pélvica es el examen de referencia,
con una alta sensibilidad y especificidad para el diagnóstico,
vamos a observar un engrosamiento segmentario de la pared del colon ( mayor de 4 mm) con hiperemia asociada y cambios asociados de la grasa pericólica.
Fig. 2 Aunque la clave diagnóstica para diferenciarla de otras entidades es la presencia de diverticulos en el segmento afecto.
Otras alteraciones que podemos observar son: engrosamiento de la fascia peritoneal adyacente, leve dilatación de las asas del intestino próximas y líquido libre peritoneal (sobretodo en espacio parieto-cólico izquierdo o fondo de saco de Douglas).
La TC también es mu útil para el diagnóstico de complicaciones Fig. 3 Fig. 4 Fig. 5 Fig. 6 Fig. 7 Fig. 8 como: abscesos peridiverticualres o a distancia ( hígado,
psoas o flancos),
fístulas (especialmente colovesicales) ,perforación...
Los abscesos pueden aparecer hasta en el 30% de las ocasiones y aparecen como una colección líquida con cambios inflamatorios adyacentes.
La colección puede contener aire,
nivel aire -líquido o puede mostrar una baja atenuación que representaría la presencia de partículas necróticas.
La TC además puede servir de guía para
drenaje percutáneo de los mismos.
La perforación focal de la diverticulitis se manifiesta como pequeñas burbujas aéreas extraluminales o por extravasación del contraste oral. La presencia de neumoperitoneo es más raro.
Neoplasia de sigma complicada Fig. 9 Fig. 10 Fig. 11 Fig. 12 Fig. 13
El principal simulador de la diverticulitis aguda.
Las pruebas de imagen pueden mostrar las mismas característica que un cuadro de diverticulitis aguda y en muchas ocasiones es necesario recurrir a un diagnóstico histológico.
Cuando en la TC observamos líquido en la raíz del mesenterio sigmoideo, ingurgitación de los vasos mesentéricos adyacentes y sobretodo la presencia de diverticulos en tramos extensos del colon,
el diagnóstico va a favor de diverticulitis aguda.
Sin embargo la presencia de ganglios pericólicos sugiere el diagnóstico de
cáncer de colon que en ocasiones también puede perforarse y complicar aún mas el diagnóstico definitivo.
Apendicitis epiploica Fig. 14 Fig. 15
Los apéndices epiploicos son bolsas peritoneales que surgen de la superficie serosa del colon,
están constituidos por tejido adiposo y vasos sanguíneos y con frecuencia se pueden asociar a diverticulos .
Son más numerosos y prominentes en colon sigmoide,
descendente y ciego lo que explica que las manifestaciones clínicas sean más típicas en fosa iliaca izquierda y puedan simular un cuadro de diverticulitis aguda.
Su estructura pediculada y móvil,
y la irrigación formada por una o dos arteriolas y un única vena de drenaje,
facilita la torsión y la trombosis produciéndo un infarto hemorrágico.
La apendicitis epiploica puede ser primaria,
por la torsión o trombosis venosa espontánea,
o secundaria por procesos inflamatorios de la vecindad (diverticulitis aguda).
Radiológicamente los apendices epiploicos no se observan en condiciones normales y se hacen evidentes al inflamarse o con la presencia de líquido intraperitoneal.
Ecograficamente pueden ser muy difíciles de diferenciar de la divertículitis aguda, sin embardo los cambios inflamatorias y la clínica suelen ser más sutiles en la apendicitis epiploica.
La TC es más útil para diferenciar estas dos entidades,
aparece como una masa ovalada de atenuación grasa adyacente a la superficie serosa del colon,
menor de 5 cm ( entre 1,
5- 3,
5 cm),
con un anillo periférico denso que rodea a un centro de atenuación ligeramente mayor que la grasa peritoneal,
es el denominado “ signo del anillo” que se produce por la inflamación del peritoneo visceral.
En el centro de la masa se puede observar un foco hiperdenso mal delimitado,
que representa trombosis y/o hemorragia,
aunque la ausencia de este hallazgo no excluye el cuadro.
La reticulación de la grasa periapendicular y el efecto masa sobre el intestino adyacente pueden ser hallazgos asociados.
Es importante de cara al tratamiento diferenciar la apendicitis epiploica de otros cuadros que se presentan de formar similar como la diverticulitis aguda,
ya que la apendicitis epiploica aguda se trata de forma conservadora con antiinflamatorios orales,
y los antibióticos no están indicados de forma rutinaria.
Es un cuadro autolimitado y la mayoría de pacientes se recuperan en menos de 10 días.
Infarto omental
El infarto omental es un cuadro infrecuente que se produce por un infarto focal de la grasa del omento.
Según su patogenia puede ser primario,
siendo este más frecuente en el hemiabdomen derecho o secundario ( más frecuente en fosa iliaca izquierda).
Los principales factores precipitantes que desplazan el omento son: la cirugía o el traumatismo abdominal frecuente.
En la TC aparece como una lesión de atenuación grasa,
ovoidea,
con reticulación heterogénea y mas delimitada inicialmente.
Mide entre 3-15 cm y puede contener densidades lineales con atenuación partes blandas por la presencia de bandas fibrosas o venas dilatadas trombosadas.
A diferencia de la apendicitis epiploica en el infarto omental no se identifica foco hiperdenso central.
Perforación de sigma por cuerpo extraño Fig. 16
Un cuerpo extraño en el colon sigmoide puede producir fiebre y dolor en fosa iliaca izquierda.
La radiografía simple puede detectarlos,
pero la TC permite una localización exacta y la detección de complicaciones.
La localización más frecuente que se asocia a perforación es la región ileocecal y el recto-sigma.
Los hallazgos que podemos observar en TC son : engrosamiento mural,
cambios inflamatorios de la grasa,
líquido libre,
abscesos y neumoperitoneo.
Son hallazgos inespecíficos que pueden encontrarse también en un cuadro de diverticulitis aguda,
la visualización del cuerpo extraño es la que nos hará llegar a un diagnóstico definitivo.
Colitis
En este apartado vamos a tratar tres tipos de colitis: isquémica,
infecciosa y pseudomembranosa.
La colitis isquémica Fig. 17 es una causa común de dolor abdominal en pacientes mayores de 70 años y muchos de ellos tienen antecedentes de patología cardíaca.
Se produce por una disminución del aporte sanguíneo del colon como resultado de hipoperfusión,
vasoespasmo y/o oclusión de la vascularización esplánica. La afectación del colon izquierdo es más frecuente en pacientes ancianos y los puntos de afectación más típicos con el ángulo esplénico y la región recto-sigmoidea.
La TC muestra un engrosamineto concéntrico y simétrico de la pared del colon,
signos del “ doble halo” o de “ la diana” producido por edema de la submucosa (baja densidad) o hemorragia intramural (alta densidad) y cambios inflamatorios de la grasa pericolónica.
En los casos de isquemia oclusiva pueden observarse el trombo en el interior del vaso afectado.
La neumatosis con o sin la presencia de aire en los vasos mesentericos o en la vena porta son signos de mal pronóstico ya que están en relación con la necrosis.
Sin embargo hay que tener en cuenta que los hallazgos de la TC sólo pueden sugerir el diagnóstico de la colitis isquémica dentro de un contexto clínico apropiado
La colitis infecciosa esta causada por multitud de microorganismos.
En general el diagnóstico suele ser clínico con confirmación a través del cultivo,
serología y colonoscopia y no requieren estudio por imagen ,
sin embargo,
en ocasiones cuando la síntomas no están claros o de forma incidental puede identificarse en la TC.
En la TC las colitis infecciosas independientemente de la causa cursan con un engrosamiento de la pared frecuentemente con realce homogéneo o también podemos detectar baja atenuación intramural por la presencia de edema.
La ascitis o la inflamación de la grasa pericólica también pueden estar presentes.
Según la parte del colon afectada podemos pensar en uno u otro organismo,
la mayoría de colitis se suelen limitar al colon derecho,
los microorganismo que afectan a recto y sigma son: la gonorrea,
herpes y C.
trachomatis.
Colitis pseudomembranosa Fig. 18
Se produce como resultado de la toxina producida por el sobrecrecimiento de Clostridium difficile,
principalmente como complicación del tratamiento antibiótico aunque también se puede asociar a agentes hipotensores,
quimioterápicos y cirugía abdominal.
El diagnóstico se hace típicamente mediante la detección de la toxina en heces,
pero la TC puede ser útil en los casos que no se sospechan cínicamente ya que esta entidad tiene una alta morbimortalidad.
Además de sugerir el diagnóstico la TC permite valorar la extensión,
la gravedad y detectar complicaciones.
El hallazgo mas común ( pero no específico) es el engrosamiento irregular del colon que suele ser mayor que en cualquier otra enfermedad inflamatoria o infecciosa (excepto en la enfermedad de Crohn).
Además del engrosamiento de la pared el colon suele encontrarse con frecuencia dilatado y puede existir una alteración inflamatoria de la grasa pericólica desproporcionadamente leve con respecto a la alteración de la pared.
El signo de la diana por edema de la submucosa también se puede observar.
En casos avanzados se puede ver el atrapamiento del contraste oral entre las haustras engrosadas mostrando el típico “ signo del acordeón”
ETIOLOGÍA GINECOLÓGICA
Rotura de embarazo ectópico Fig. 19 Fig. 20 Fig. 21
El embarazo ectópico puede causar un sangrado mortal y por lo tanto debe ser considerado en todas las mujeres en edad fértil que se presentan con dolor abdominal o pélvico. El embarazo ectópico es responsable de hasta el 1% de los embarazos,
el 97% se localizan en la región ampular y menos frecuente en la porción ístmica de la trompa de Falopio.
Los factores de riesgo incluyen embarazo ectópico anterior,
la enfermedad inflamatoria pélvica,
la fertilización in vitro,
el uso de un dispositivo intrauterino y la cirugía de trompas. En el contexto de un nivel de gonadotropina coriónica humana positiva de más de 2.000 UI / L y ningún embarazo intrauterino,
el hallazgo de una masa extraovárico es altamente sugestiva de un embarazo ectópico.
El hemoperitoneo es otra forma de presentación y aunque no es necesariamente indicativo de rotura tubárica,
cuanto mayor sea la cantidad de líquido,
mayor será la probabilidad de que se haya producido dicha rotura.
Quiste de ovario complicado Fig. 22
La hemorragia de un quiste de ovario puede manifestarse como un dolor pélvico agudo.
Los quistes del cuerpo lúteo son los que más frecuencia tienden al sangrado y aunque la ecografía transvaginal es la técnica de elección,
la ecografía abdominal puede aproximarnos al diagnóstico.
Ecográficamente su aspecto es muy variable,
va a depender del tiempo transcurrido desde la hemorragia y de la cantidad de la misma.
En el episodio agudo suele verse hiperecogénico y puede confundirse con un masa sólida aunque una pared lisa con refuerzo acústico posterior van más a favor de la naturaleza quística de la lesión.
En estadios mas tardíos cuando el coágulo se hemoliza,
el patrón se hace más complejo con ecos reticulares y septos internos.
En la TC se presenta como una masa de atenuación heterogénea con un componente de elevada atenuación en forma de septos o un nivel líquido-líquido.
Si existe rotura se identifica el hemoperitoneo.La TC además va a permitir excluir otras enfermedades intraabdominales que cursan con hemoperitoneo.
Si el diagnóstico se realiza de forma correcta y precoz los quistes ováricos hemorrágicos se pueden tratar de forma conservadora.
Enfermedad inflamatoria pélvica (EIP)
La enfermedad inflamatoria pélvica es uno de las causas comunes de dolor pélvico agudo en las mujeres.
Fiebre,
leucocitosis y dolor del cuello del cervix con la movilización son signos importantes que orientan al diagnóstico de EIP.
La mayoría de los casos resulta de una infección ascendente causada por una combinación de organismos anaerobios y aeróbios .
La TC puede ser un complemento útil para la determinación de la extensión de la enfermedad ,
las complicaciones y evaluar a pacientes que no responden al tratamiento antibiótico.
Los hallazgos de imagen varían en función del estadio de la enfermedad .
- En la salpingitis aguda no complicada los hallazgos en la TAC son a menudo normales o pueden mostrar una pequeña cantidad de líquido libre en el fondo de saco de Douglas
- En fases más avanzadas se forman abscesos tubo-ováricos Fig. 23 que en la TC se muestran como masas quísticas complejas,
multiloculadas y con septos gruesos y,
a menudo con un estructura serpiginosa asociado que corresponde con la trompa de Falopio dilatada y llena de pus.
Habrá que hacer un diagnóstico diferencial con otras masas quísticas complejas.
La existencia de burbujas en el interior de la masa es un signo radiológico útil para distinguir los abscesos tuboováricos de otras masas quísticas complejas,
pero son poco frecuentes.
Otros hallazgos asociados incluyen:
- Engrosamiento de los ligamentos útero-sacros
- Aumento de la atenuación de la grasa presacra,
secundaria a edema.
- Hidronefrosis.
- Borramiento de las asas intestinales adyacentes
El proceso inflamatorio puede extenderse e implicar el apéndice,
colon y el epiplon mayor El desplazamiento anterior del ligamento ancho engrosado y la pérdida de definición de los márgenes uterinos son sugestivos de un origen anexial del proceso inflamatorio y ayudar a distinguir un absceso tubo-ovárico de otras causas de absceso pélvico como las diverticulitis.
ETIOLOGÍA UROLÓGICA Y MUSCULAR
Los cálculos ureterales unilaterales izquierdos Fig. 24 puede presentarse como fiebre y dolor en fosa iliaca izquierda.
Aunque el típico dolor cólico se suele iniciar a nivel lumbar la migración del cálculo por el uréter puede irradiarse a flanco,
fosa iliaca izquierda,
incluso hasta ingle.
La mayoría de cálculos se visualizan en un estudio de TC simple y debemos buscarlos en los sitios más frecuentes como son la unión pieloureteral o ureterovesical.
Otras causa poco común de fiebre y dolor en fosa iliaca izquierda son los abscesos del músculo iliopsoas,
pueden ser idiopáticos o secundarios a diseminación hematógena o por contigüidad. La TC muestra un músculo agrandado que contiene una colección hipodensa a menudo con septos gruesos y bordes mal delimitados.