El bazo se sitúa en la parte posterior del cuadrante superior izquierdo,
en íntima relación con las costillas novena,
décima y undécima.
Sus caras superior y lateral de forma convexa están juntas al diafragma mientras que la cara interna cóncava,
donde entra el hilio,
está en íntimo contacto con el estómago,
riñón,
páncreas y colon (Fig. 1).
Se encuentra cubierto de peritoneo excepto en la zona hiliar y se mantiene en posición por numerosos ligamentos suspensores: Ligamento esplenodiafragmático,
esplenocólico,
preesplénico,
gastroesplénico y esplenorrenal,
de los cuales solo estos dos últimos son vascularizados.
El pedículo esplénico se encuentra en la porción más interna del ligamento Esplenorrenal y contiene la arteria y vena esplénica (Fig.
1).
El traumatismo abdominal cerrado es la primera causa de rotura esplénica,
lo que alcanza una frecuencia entre 30 y 40 %.
El 50 % de los casos se producen por accidentes automovilísticos o por caída de altura.
Se debe sospechar siempre frente a un paciente que ha sufrido un traumatismo en tórax izquierdo o en abdomen superior izquierdo.
Se encuentra asociado frecuentemente a fracturas de costillas bajas (Fig.
2).
La mortalidad en los pacientes con lesiones de bazo fluctúa entre 3 y 6 % y su morbilidad entre 20 y 30 %.
El estudio con TAC permite la detección de lesiones asociadas o la presencia de hemoperitoneo.
El estudio debe realizarse,
si las condiciones del paciente lo permiten,
sin y con contraste IV,
siendo este último fundamental,
porque sin la presencia de contraste es más difícil visualizar la existencia de lesiones y no podemos valorar sangrado activo ni tampoco parénquima devascularizado.
La rotura esplénica puede ser aguda,
tardía u oculta.
La rotura aguda se presenta por hemorragia intraperitoneal inmediata y ocurre casi en 90% de los casos de traumatismos contusos del bazo.
La rotura diferida de bazo,
es una entidad infrecuente dentro de este tipo de traumatismos,
ya que supone solo un 15% de las roturas esplénicas; pudiendo aparecer desde días o semanas,
incluso meses después de traumatismos contusos.
Este periodo de reposo,
que se denomina “Periodo Latente de Baudet” persiste menos de 7 días en el 50% de los pacientes.
Su importancia radica en que al no manifestarse en el momento agudo del traumatismo puede poner en peligro la vida del paciente debido a un sangrado tardío no esperado.
Las principales formas de presentación de las lesiones esplénicas son: contusiones/hematomas intraparenquimatosos,
infartos,
laceraciones,
hematomas subcapsulares,
rotura/estallido y lesiones hiliares.
En los casos de rotura diferida de bazo diagnosticados en nuestro servicio (HGUCR),
todos los pacientes tenían el antecedente de haber sufrido algún episodio de traumatismo sobre la región torácica izquierda y/o abdominal superior izquierda (la mayoría por accidente de trafico),
con un TAC inicial sin lesiones visibles en este órgano.
Tras un periodo de latencia de 48-72 horas,
la mayoría de los pacientes presentaron empeoramiento clínico,
consistente en dolor abdominal difuso y/o caída importante de la hemoglobina,
teniendo que repetir de forma urgente el estudio de TAC abdominal.
Solo un paciente presenta un periodo de latencia mayor de una semana,
siendo exactamente 20 dias posterior al traumatismo.
Las lesiones esplénicas encontradas en el segundo estudio de TAC realizado a estos pacientes,
fueron de los siguientes tipos:
Contusión/hematoma intraparenquimatoso
En el estudio de TAC con contraste IV,
se puede identificar una zona intraparenquimatosa hipodensa,
de morfología nodular mal definida.
(Fig.
3)
En el estudio de TAC sin contraste IV,
a veces puede evidenciarse una imagen ovoidea levemente hiperdensa que corresponde al coágulo.
Infarto
Se identifica una zona hipodensa,
que presenta forma de cuña,
con base en la cápsula esplénica (Fig.
4) (Fig.
5) (Fig.
6).
Laceración
En el estudio de TAC con contraste IV,
se presenta con una morfología lineal irregular hipodensa.
(Fig.
7)
Hematoma subcapsular
Se presenta como una colección elíptica hipodensa entre la cápsula y el parénquima esplénico realzado mediante la administración de contraste IV,
lo que ocasiona por el efecto masa aplanamiento de su contorno (Fig.
8) (Fig.
9) (Fig.
10) (Fig.
11).
Rotura/Estallido
Se identifican múltiples laceraciones asociado a zonas desvitalizadas,
con presencia de hemorragia y sangrado activo arterial (Fig.
12) (Fig.
13) (Fig.
14) (Fig.
15) (Fig.
16) (Fig.
17) (Fig.
18) (Fig.
19) (Fig.
20)
Lesión del Pedículo Vascular
Dentro de las que se incluyen la trombosis-avulsión arterial y trombosis-laceración venosa (Fig.
13)
El hemoperitoneo postraumático está presente en la mayoría de los casos de lesión esplénica visible. Presenta una densidad alta (30-45 UH),
que se distribuye por el espacio periesplénico, perihepático, gotiera parietocólica izquierda hasta pelvis.
(Fig.
16) (Fig.
17)
Las escalas más usadas para clasificar las lesiones esplénicas son las de la AAST (Tabla 1) (Fig.
21),
entre otras,
que gradúan las lesiones con hallazgos radiológicos de menor a mayor gravedad,
aunque sin predecir el uso del tratamiento quirúrgico,
ya que este viene determinado por la inestabilidad hemodinámica del paciente.
Table 1: Clasificación de las lesiones esplénicas
References: American Association for Surgery of Trauma (AAST)