Introducción:
Las lesiones quísticas del ventrículo laríngeo son infrecuentes,
aunque no excepcionales.
La mayoría son benignas,
pero en algunos casos son condicionadas por lesiones malignas subyacentes o pueden sobreinfectarse. Las técnicas diagnósticas de imagen,
y más concretamente la TC,
van a ser de gran importancia para su caracterización y para determinar su extensión.
La RM tiene un papel más limitado debido a los artefactos de movimiento por la respiración y deglución,
aunque es útil y debe usarse en casos concretos para una mejor caracterización de las lesiones.
Recuerdo anatómico:
La cavidad laríngea no es cilíndrica,
hay una serie de estructuras musculotendinosas que la estrechan: las bandas ventriculares o cuerdas vocales falsas,
que están formadas por los músculos tiroaritenoideos superiores,
y los pliegues vocales o cuerdas vocales verdaderas,
formadas por los músculos tiroaritenoideos inferiores.
Ambas estructuras dividen la cavidad glótica de la laringe en tres compartimientos,
delimitados por el espacio visceral del cuello infrahioideo (Fig.
1,
2 y 3):
- Supraglotis o vestíbulo laríngeo,
delimitada anteriormente por la epiglotis,
posteriormente por los cartílagos aritenoides,
repliegues aritenoepiglóticos y el espacio interaritenoideo,
superiormente por el orificio de entrada a la supraglotis (aditus) e inferiormente por las cuerdas vocales.
Es una cavidad con forma de un embudo que se estrecha hacia abajo.
El espacio comprendido entre los repliegues superiores (bandas ventriculares) e inferiores (repliegues o cuerdas vocales) se conoce como ventrículo laríngeo o de Morgagni.
Esta última cavidad es fundamental para la fonación,
siendo su función principal la de dar espacio las cuerdas vocales para vibrar tras la contracción de los músculos cricoaritenoideos.
- Espacio medio o glotis,
formado el espacio comprendido entre el borde libre de las cuerdas vocales.
- Subglotis o infraglotis,
situado entre las cuerdas vocales y el origen de la tráquea.
Tiene forma ojival,
y se continúa con los anillos traqueales.
Protocolo general:
TC cervical volumétrico sin contraste con cortes finos (ideal de 1/1,5 mm,
2mm como máximo) y reconstrucciones multiplanares.
Las consideraciones técnicas en la adquisición de la TC para evaluar el ventrículo laríngeo y las cuerdas vocales son fundamentales y en general,
poco conocidas e implementadas.
En función de la patología de base,
nosotros realizamos adquisiciones dinámicas para una valoración óptima de las cavidades y la movilidad de las cuerdas vocales,
realizando la adquisición tras maniobras de fonación (en las que se contrae la cavidad glótica y se aproximan las cuerdas vocales),
de respiración suave (en la que se separan las cuerdas vocales) o de Valsalva (en la que se distienden los senos piriformes y juntan las cuerdas vocales).
De esa forma,
pueden evaluarse de forma precisa la presencia y extensión de lesiones pequeñas que afecten a la mucosa y/o submucosa,
que de otra manera podrían pasar desapercibidas.
Lesiones quístisticas laríngeas:
Laringocele: es una lesión poco frecuente,
pero con mucho la lesión de aspecto quístico más frecuente del ventrículo laríngeo,
ya que están rellenos de aire.
Suelen ser adquiridos,
normalmente por un aumento de la presión intralaríngea (típico en pacientes con tos persistente o con el uso de instrumentos de viento),
aunque también hay congénitos.
A pesar de ser benignos,
requieren un estudio exhaustivo ya que pueden ser consecuencia de tumores laríngeos malignos ipsilaterales: se produce una obstrucción de la apertura del ventrículo laríngeo por extensión tumoral (Fig 9),
lo que genera un mecanismo valvular que condiciona la entrada y retención de aire,
o menos frecuentemente,
moco producido por la mucosa laríngea.
Hay tres subtipos de laringoceles (Fig 4):
- Interno (40%) (Fig.
5 y 9): es una dilatación confinada al espacio paralaríngeo,
por dentro del esqueleto cartilaginoso.
- Externo (25%) (Fig.
6): con el tiempo,
si el espacio paraglótico se rellena completamente,
la presión del aire puede empujar la membrana tiro-hioidea,
herniándola,
haciendo que el laringocele la rebase y se convierta en externo.
- Interno-externo o mixto (45%) (Fig.
7 y 8): en ocasiones la apertura del ventrículo laríngeo está parcialmente obstruida,
y puede generarse un mecanismo valvular que dé lugar a un laringocele mixto.
Laringomucocele: no es más que un estadio diferente de un laringocele,
ya que este puede rellenarse de forma temporal o definitiva de material mucoide (Fig 10,
11 y 12).
Es importante tenerlo en cuenta porque puede dar lugar a confusión en estudios de seguimiento.
Al igual que los laringoceles,
pueden aparecer junto con tumores laríngeos.
Laringopiocele: en ocasiones los laringoceles y laringomucoceles puede sobreinfectarse,
dando lugar a una cavidad rellena de material purulento (Fig.
13).
Es importante reconocer esta entidad porque puede causar importante edematización de las cuerdas vocales y ser causa de muerte por compromiso de la vía aérea (Fig.14) o importante morbilidad por extensión a través de las fascias laterocervicales a mediastino o suelo de la boca (Fig.15).
Quiste laríngeo o ductal: son las lesiones quísticas más frecuentes de la laringe (75% del total),
especialmente frecuentes en la región supraglótica,
aunque pueden aparecer en cualquier localización,
excepto en el borde libre de los pliegues vocales.
Se forman por la distensión de conductos glandulares obstruidos.
Suelen ser menores a un cm y son superficiales a la mucosa.
Quistes saculares: Es una dilatación rellena de mucus del sáculo del ventrículo (Fig.
16).
Estos quistes son submucosos y están cubiertos con membrana de mucosa laríngea normal.
Se distinguen del laringocele porque su luz no se comunica con el interior de la laringe y porque no contienen aire.
Existen dos tipos de quistes saculares: Los laterales,
que se extienden en dirección superior y lateral,
abombando la cuerda vocal falsa,
el pliegue aritenoepiglotico y el ventrículo.
Puede extenderse a través de la membrana tirohioidea y observarse en el cuello.
Los anteriores se extienden en forma medial y posterior,
protuyen desde el ventrículo,
dentro de la luz laríngea,
entre las cuerdas vocales verdaderas y falsas.
Quiste branquial: los quistes del 4º arco branquial pueden presentar en casos infrecuentes extensión a glotis a través de la membrana tirohioidea.
Pseudotumor disquistico de la banda ventricular: Son engrosamientos epiteliales de causa irritativa que provocan un aumento bilateral de volumen de las bandas ventriculares,
consecuencia de una estenosis los conductos glandulares con espesamiento y acumulación de secreciones,
sobre todo al nivel de los ventrículos.
Quiste de retención: Aparecen en los sitios en que existen glándulas mucosas: bandas,
ventrículos,
epiglotis y repliegues aritenoepiglóticos.
Quiste de duplicación laríngea: son quistes laríngeos congénitos,
se diagnostican más frecuentemente en niños.
Diagnóstico diferencial:
Aparte de las lesiones quísticas que asientan en ventrículo laríngeo,
también hay que considerar cualquier lesión ocupante de espacio a este nivel,
quística o no,
puede suponer un reto diagnóstico importante,
especialmente las localizadas en el espacio submucoso.
Esto obliga a considerar un diagnóstico diferencial amplio:
- Tumores primarios o metástasis (Fig.
17)-
- Neurofibromas.
- Linfoma (Fig.
18 y 19).
- Sarcoidosis (Fig.
20).
- Amiloidosis.
- Condroma (Fig.
21).
- Pseudotumor inflamatorio (adenoma pleomorfo) (Fig.
22).
- Condrosarcoma.
- Carcinoma adenoide quístico.
- Cistoadenoma papilar oncocítico.