La cirugía de la epilepsia es una opción terapéutica efectiva en los pacientes con epilepsia del lóbulo temporal fármaco-resistente2 pero la mejor estrategia quirúrgica continúa en discusión principalmente en relación a los resultados neuropsicológicos en el mediano y largo plazo.
En nuestro estudio,
tras analizar volumétricamente el tejido temporal mesial resecado,
independientemente del tipo de cirugía realizada,
observamos un satisfactorio control de las crisis sin diferencias entre resecciones grandes y pequeñas.
Sin embargo,
teniendo en cuenta los resultados neuropsicológicos,
los pacientes con resecciones pequeñas mostraron menor caída de la memoria y aprendizaje verbal así como en la denominación verbal en comparación con las resecciones grandes.
No se objetivaron diferencias entre los grupos al analizar la memoria lógica (relacionada anatómicamente con las estructuras laterales y más posteriores del lóbulo temporal).
Estos hallazgos están en línea con lo publicado por Helmstaedter C,
y col8.
en los cuales analizaron los resultados de pacientes que fueron randomizados entre cirugías selectivas mesiales más extensas vs.
menos extensas (3,5 cm vs.
2,5 cm) sin encontrar diferencias entre los grupos en los resultados neuropsicológicos pero que,
tras el análisis de los volúmenes resecados,
encontraron una menor caída en la memoria y aprendizaje verbal en el grupo de pacientes con resecciones menores,
particularmente del lado izquierdo,
sin diferencias en cuanto al control de las crisis.
Los autores atribuyen estos resultados a que al realizar el análisis volumétrico del hipocampo se tiene en cuenta el estado preoperatorio de la patología mientras que esto no ocurre al considerar el tipo de cirugía realizada.
Nuestros resultados favorecen la idea de que mediante la realización de cirugías más conservadoras (Amigdalo-Hipocampectomía Selectiva) se alcanza un adecuado control de las crisis,
de manera similar a resecciones más amplias (Resección Temporal Antero-Medial),
con un deterioro global en las pruebas neuropsicológicas en ambos tipos de cirugía sin diferencias significativas entre los grupos.
Schramm y col4,
luego de analizar los estudios disponibles sobre los distintos tipos de cirugía de la epilepsia,
no encontraron evidencia suficiente a favor de un tipo particular de cirugía en cuanto al control de las crisis,
si bien destacaban la posibilidad de obtener mejores resultados neuropsicológicos con la Amigdalo-Hipocampectomía.
En la actualidad la realización de volumetrías está relegada al campo de la investigación en bioimágenes debido a que requiere un entrenamiento prolongado para el médico radiólogo que efectúa las mismas y un consumo de tiempo elevado.
Se espera que el desarrollo de nuevos software informáticos con herramientas automáticas de medición volumétrica en imágenes de RM pueda permitir la incorporación de la volumetría en la práctica clínica habitual.
La principal limitación de este trabajo es el poco número de sujetos estudiados,
sin embargo se ha querido ser selectido en la muestra e incluir únicamente pacientes intervenidos de esclerosis mesial izquierda,
siendo este tipo de intervención mucho menos frecuente que en el lado derecho por el riesgo de caída de memoria.
En un futuro y con ampliación de la muestra se podría llegar a consensuar el porcentaje de resección contemplando el riesgo/beneficio.
Conclusiones
Las resecciones más pequeñas del hipocampo izquierdo parecen estar relacionadas con menores déficits neuropsicológicos postquirúrgicos aún consiguiendo un adecuado control de las crisis comiciales en pacientes con epilepsia del lóbulo temporal fármacorresistente.