Una indicación habitual del TAC de abdomen es el “dolor abdominal no filiado”.
En este contexto,
el paciente puede carecer de antecedentes clínicos de interés o,
al contrario,
ser de vital importancia diagnóstica.
Tras realizar el TAC,
el hallazgo de engrosamiento difuso de la pared de un segmento “relativamente largo” de la pared del colon,
nos debe hacer sospechar una “colitis” subyacente.
Aunque el diagnóstico definitivo procederá de la combinación de datos clínicos,
colonoscopia,
histopatología y/o análisis serológico o de heces,
el análisis sistemático de los hallazgos en TAC estrechará el diagnóstico diferencial y orientará a la posible causa.
El uso de la RM es mucho más limitado en este contexto,
buscando limitar radiación en controles (se presentan casos seleccionados).
Entre las causas más habituales de este cuadro clínico y radiológico está la enfermedad inflamatoria intestinal (colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn),
pero también otras causas inflamatorias,
no idiopáticas,
que vamos a presentar.
Las características de imagen a valorar en el TAC son: distribución (pancolónica vs.
segmentos específicos),
afectación concomitante o no del intestino delgado,
grado de engrosamiento,
reacción pericolónica y cambios en el mesenterio,
formación de fístulas/abscesos,
presencia de ascitis (como marcador de lesión aguda).
La presencia de infiltración grasa (típica de la EII idiopática crónica) NO es esperable en colitis agudas.
Debemos conocer si el paciente es oncológico o no.
Si es ONCOLÓGICO,
se plantean cuatro escenarios:
1.- Ha recibido quimioterápicos (e.g.
capecitaribina,
Fig.1) o antibióticos de amplio espectro (Fig.2).
La colitis muestra gran engrosamiento mural (con el característico “signo del acordeón”),
ascitis,
y distribución pancolónica o de predominio izquierdo.
Sugerir colitis pseudomembranosa y determinar toxina de Clostridium difficile en heces.
2.- Tras radioterapia.
Muy característico de neoplasias pélvicas (e.g.,
Ca.
de cérvix,
Fig.
3): afectación localizada de recto y sigma,
y asas de delgado en pelvis.
La forma aguda se presenta con edema de la pared y ascitis.
3.- Neumatosis coli (Fig.
4).
No es estrictamente una colitis,
sino presencia de gas en el interior de la pared del colon.
Refleja disrupción mucosa.
Puede perforarse a neumo- y retroneumoperitoneo.
A veces es hallazgo incidental,
sin repercusión,
pero obliga a vigilancia y profilaxis antibiótica.
4.- Presentación con fiebre y neutropenia.
En ciego/ascendente e íleon.
Con ascitis.
Característico de tiflitis (cecoileítis neutropénica).
Más típica de neoplasias hematológicas (Fig.5),
aunque también en sólidas,
y en situaciones de inmunodepresión no oncológicas (SIDA,
pacientes trasplantados).
Alta probabilidad de perforación: evitar colonoscopia.
NO ONCOLÓGICO
1.- Germen subyacente causante de colitis.
Bacteriano (E.
coli,
yersinia,
salmonella..,
en colon derecho,
y las ETS,
típicas de colon izquierdo),
Micobacteriano (Fig.6 inicialmente cecoileítis,
si cronifica hace fístulas y abscesos,
semejante al Crohn),
Viral (CMV,
Fig.7,
en VIH+,
diagnóstico por IHQ),
e incluso parasitaria (Amebas,
Anisakis (Fig.8),
con eosinofilia en sangre y pruebas alérgicas específicas).
2.- Presentación como abdomen agudo en la urgencia,
con dolor en FID (apendicitis aguda (Fig.
9),
con signos RX de engrosamiento apendicular) o en FII (diverticulitis aguda (Fig.
10),
con signos de inflamación diverticular),
como formas más clásicas.
Su diagnóstico no siempre es tan directo,
existiendo falsos positivos y negativos.
3.- Colitis isquémica.
En edades avanzadas,
sobre 70 años.
Circunstancias de bajo gasto cardiaco,
bien evidentes (IAM,
arritmias,
tromboembolismo...) o no.
La forma clásica se caracteriza por la afectación específica del colon trasverso junto a la flexura esplénica (Fig.
11) y de la unión rectosigmoide.
El diagnóstico se establece con la colonoscopia.
4.- Colitis estercorácea.
También característico de la vejez.
Por impactación de fecaloma (Fig.12),
que obstruye el tránsito.
Sufrimiento de pared colónica del colon sigmoide,
con edema de pared,
y de recto,
con engrosamiento de la fascia perirrectal.