Los osteomas y las exostosis del CAE,
aunque con frecuencia se han considerado dos lesiones relacionadas,
actualmente se sabe que son dos entidades diferentes desde el punto de vista radiológico,
clínico e histopatológico.
La TC permite una clara distinción entre estas dos lesiones.
Las exostosis afectan con mayor frecuencia a hombres jóvenes (20:1).
Suelen ser asintomáticas aunque pueden producir retención de cerumen ocasionando otitis externas de repetición o hipoacusias de conducción.
Las exostosis tienen como factor etiológico más claramente relacionado la exposición prolongada y repetida del CAE al agua fría que produce una irritación del periostio.
Suelen ser bilaterales,
se localizan en la profundidad del CAE,
tienen una base de implantación amplia y constituyen una hiperplasia del hueso compacto que suele afectar a la pared anterior y posterior del CAE condicionando una luz vertical de reducido calibre.
Excepcionalmente se pueden localizar también en la pared superior ocasionando una estenosis de morfología triangular al examen otoscópico.
Histológicamente las exostosis se forman por la superposición de capas concéntricas de hueso subperiostico abundante en osteocitos y sin canales vasculares.
El tratamiento suele ser conservador evitando la exposición al agua fría,
disminuyendo así la posibilidad de recurrencias.
Los osteomas predominan ligeramente en varones (3:1),
pueden debutar a cualquier edad y tienden a crecer progresivamente haciéndose sintomáticos cuando estenosan el canal presentando hipoacusia de conducción u otitis externas.
Los osteomas suelen ser pedunculados,
solitarios y se localizan preferentemente en una región más lateral que las exostosis.
Pueden presentar un aspecto que varía desde una masa de partes blandas parcialmente osificada a un tejido óseo compacto que histológicamente se compone de abundantes canales rodeados por hueso lamelar.
El tratamiento,
en la mayoría de los casos es quirúrgico ya que son lesiones con crecimiento continuo que no recidivan si son extirpadas.
Los colesteatomas del CAE no tienen una etiología clara,
las dos teorías aceptadas son un fallo en la migración del epitelio escamoso y una periostitis circunscrita.
Son lesiones muy poco frecuentes que se caracterizan por la presencia de epitelio escamoso queratinizante con acúmulo de queratina descamada en su superficie,
localizado en el seno de una ulceración del CAE y que produce reacción perióstica ,
depósito de tejido de granulación y restos escamosos.
Clínicamente suele afectar a adultos y a edades tardías,
suele ser unilateral con presencia de otorrea crónica y otalgia leve no llegando a producir hipoacusia.
En TC se caracteriza por erosión de la pared inferior del CAE con secuestro,
acumulación de detritus y presencia de masa de atenuación de tejidos blandos.
El tratamiento suele ser quirúrgico mediante exéresis de la lesión.
El carcinoma epidermoide,
junto con el carcinoma basal y el adenocarcinoma,
son las neoplasias malignas que más frecuentemente afectan al CAE.
Los carcinomas epidermoides generalmente se deben a exposiciones prolongadas al sol, al frio,
a la radiación y a inflamaciones crónicas.
Afectan a pacientes ancianos,
se suelen manifestar con otorragias crónicas y provienen del epitelio escamoso del CAE o del oído medio.
Mediante TC se observa una masa de tejidos blandos de límites imprecisos con erosión o destrucción del tejido óseo adyacente y con una posible extensión en sentido posterior a mastoides, anteriormente a la articulación temporo mandibular y medialmente al oído medio con posible afectación yugular
El neurofibroma es una lesión benigna de origen desconocido que afecta al nervio periférico,
tejidos blandos,
piel o hueso,
y que se caracteriza por la presencia de tejido neural y tejido conectivo adoptando un patrón tumoral.
Se puede presentar aisladamente como una lesión solitaria o puede formar parte de la neurofibromatosis I siendo en estos casos de mayor tamaño y con posibilidad de transformación maligna.
Clínicamente son masas superficiales e indoloras que derivan de las estructuras nerviosas de la dermis.
En TC se presentan como una masa bien definida de partes blandas que si afectan al hueso lo erosionan.
El tratamiento quirúrgico se realiza si produce síntomas como hipoacusias de conducción o infecciones de repetición.
La otitis externa maligna,
también llamada otitis externa necrotizante,
es una infección severa del CAE poco frecuente y generalmente producida por Pseudomona aeruginosa,
afectando preferentemente a pacientes diabéticos,
inmunocomprometidos y ancianos,
aunque no se excluye una afectación a pacientes jóvenes y sanos.
La afectación suele ser unilateral y tiende a extenderse a través de las cisuras de Santorini,
en la unión de la parte ósea con la porción cartilaginosa del conducto auditivo externo hasta los tejidos subtemporales,
llegando a la parótida y a la articulación temporomandibular,
aunque puede alcanzar también el agujero estilomastoideo y lesionar el nervio facial; mientras que los pares IX,
X y XI pueden ser agredidos en el avance hacia el agujero rasgado posterior.
Es posible incluso que se produzca una osteomielitis de la base del cráneo .La clínica puede ser indistinguible de una otitis externa,
manifestándose con otalgia u otorrea maloliente.
Mediante TC se observa un aumento de las partes blandas por edema difuso del CAE con estenosis del mismo y posibilidad de otomastoiditis.
La histopatología es inespecífica.
El cultivo de las secreciones presenta crecimiento de Pseudomona Aeruginosa.
El tratamiento es médico mediante antibioterapia,
a pesar del cual la mortalidad puede alcanzar hasta el 10%.
La atresia del CAE es una alteración poco frecuente,
que se caracteriza por la obliteración del CAE y clínicamente se manifiesta como hipoacusia de conducción.
En la atresia congénita,
hay malformaciones auriculares y en la cadena osicular.
La atresia adquirida puede originarse por otitis media u otitis externa crónica,
timpanoplastia o traumatismos no quirúrgicos.
Se ha sugerido que el daño inicial estimula la formación de tejido de granulación en el epitelio del conducto y en la membrana timpánica.
El diagnóstico se establece por hallazgos clínicos y subsecuentemente se confirma por TAC de hueso temporal.
El tratamiento de elección es la intervención quirúrgica.
La principal complicación es la reestenosis.
En conclusión se puede afirmar que la patología del CAE es muy variada,
con características clínicas,
epidemiológicas e histopatológicas propias además de quedar recogida en clasificaciones complejas.
El diagnostico se suele realizar mediante otoscopia y mediante TC siendo de poca utilidad otras técnicas de radiodiagnóstico,
e excepción de la RM que permite ver con mayor claridad la infiltración de las lesiones neoplásicas infiltrantes en tejidos adyacentes.
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