Durante la exploración ecográfica del abdomen uno de los planos que adquirimos es la visualización del lóbulo hepático izquierdo y justo por encima de este plano se visualiza la imagen cardíaca (Fig. 1 y Fig. 2 ).
1.- ¿Cómo adquirimos una buena imagen del corazón?
Para conseguir un estudio básico del corazón durante la ecografía de abdomen,
debemos de realizar una visión subxifoidea.
Para ello colocamos el transductor por debajo del esternón con una inclinación oblícua apuntando hacia el hombro izquierdo.
-Si el transductor está en una posición horizontal se realiza un plano transversal oblícuo del corazón hasta conseguir un plano en cuatro cámaras (Fig. 3 ).
-Si el transductor se gira en sentido contrario de las agujas del reloj obtendremos un plano sagital oblícuo del corazón hasta conseguir un plano en eje corto. Desplazando ligeramente el transductor desde la zona medial a la lateral barreremos los distintos cortes desde el plano basal hasta el apical (Fig. 4 ).
2.- Morfología cardíaca.
Con estos planos podemos medir las cavidades cardíaca (Fig. 5 ) y en especial el grosor ventricular,
que es de gran importancia para detectar una hipertrofia ventricular izquierda (Fig. 6 y Fig. 7).
Todas las mediciones deben hacerse en la diástole,
por lo que es necesario seleccionar la imagen que mejor represente esta fase cardíaca.
La visión de la imagen en modo M,
tiene una gran resolución temporal y es también de ayuda para la valoración de las medidas (Fig. 8).
Es preciso hacer un buen plano del corazón para que pase la muestra por la mitad del septo interventricular.
Podemos cuantificar el diámetro telediástolico del VI (DTDvi) y el grosor del septo interventricular.
Un DVDvi mayor de 6cm es siempre patológico y hay que considerar la posibilidad de una miocardiopatía dilatada.
3.- Derrame pericárdico.
Quizás sea una de las entidades que más frecuentemente nos encontremos (Fig. 9).
La presencia de derrame pericárdico,
cuando es,
al menos moderado,
es fácil de diagnosticar ya que el receso inferior es el más accesible a la exploración ecográfica en este plano subxifoideo.
Sin embargo es más difícil decidir si la cantidad del derrame es importante o no.
Podemos seguir la siguiente regla según su espesor:
• <0,5 cm: ligero.
• 0,5-1 cm: moderado.
• 1,5-2,5 cm: moderado-severo.
• >2,5 cm: severo.
Pequeñas cantidades son fisiológicas,
pero es importante valorar otros aspectos como la ecogenicidad del líquido que nos oriente hacia un contenido hemático (tb,
pericarditis postinfarto,
traumática o tumoral) o la existencia de adherencias que es indicativo de pericarditis crónica o exudativa (Fig. 10).
4.- Función ventricular sistólica.
De forma general podemos explicar la función sistólica del ventrículo izquierdo analizando su patrón de movimiento.
El patrón del movimiento normal del ventrículo izquierdo tiene dos características fundamentales con la contracción ventricular:
- Las paredes del ventrículo se mueven hacia el centro de la cavidad.
- El grosor de la pared aumenta.
Como norma general,
en sístole la pared ventricular normal se mueve y engruesa.
La función global del ventrículo izquierdo se valora de forma cualitativa: es decir,
la función ventricular se valora con la impresión subjetiva de cómo es el patrón de movimiento cardiaco y requiere un poco de experiencia.
Aunque parezca poco científico,
una valoración cualitativa bien hecha puede ser muy precisa y podemos resumirla de la siguiente manera (Fig. 11):
- Normal (fracción de eyección >50%)
- Ligeramente deprimida (FE: 40-50%)
- Moderadamente deprimida (FE: 30-40%)
- Severamente deprimida (FE < 30%)
Se puede calculara la FE de forma cualitativa aunque es un poco más engorroso.
Debemos utilizar la fórmula de Teichholz usando los DTDvi y DTSvi,
para calcular el volumen telediastólico y telesistólico (VTD y VTS) y posteriormente la FE (Fig. 12):
FE= (VTD-VTS)/VTD * 100
5.- Función ventricular diastólica.
También podemos calcular fácilmente la función diastólica.
Mediante Doppler-pulsado,
situando la muestra a nivel de la válvula mitral,
obteniendo un patrón formado por dos ondas una primera que representa el llenado rápido ventricular rápido y que se denomina onda "E" y una segunda onda producida por la contracción auricular denominada onda "A" (Fig. 13).
Según el patrón de las ondas puede clasificarse la alteración de la función diastólica (Fig. 14). En pacientes hipertensos,
con cardiopatía isquémica,
etc,
grados altos de disfunción diastólica pueden cursar clínicamente una insuficiencia cardíaca a pesar de poder tener en muchos casos una FE normal o cercana a la normalidad.
6.- Función valvular.
Quizás es la parte que se necesita mayor experiencia y depende básicamente de poder obtener imagenes de calidad ( Fig. 15 ). Es necesario conocer las patologías más frecunetes como son la degeneración valvular (fibrosis o calcificación),
que es especialmente relevante en la válvula aórtica donde a mayor calcificación mayor grado de estenosis.
El uso del Doppler-color puede ayudarnos para valorar insuficiencias valvulares,
pero hay que ajustarlo a valores altos de velocidad para que no se sature la imagen ( Fig. 16 ).
Es intersante apreciar si existe insuficiencia tricúspide,
bien objetivándola mediante Doppler-color sobre la válvula o bien sobre las venas suprahepáticas.
Analizar estas estructuras así como la VCI nos dan información del funcionamiento de las cavidades derechas.
La VCI en condiciones normales tiene un diámetro menor de 2cm y varía su calibre con los movimientos respiratorios indicando indirectamente que la presión dentro de la aurícula derecha no está aumentada.
Cuando hay dilatación de la VCI indicaría aumento de la presión de la AD y si se asocia a insuficiencia tricúspide son signos indirectos de hipertensión pulmonar ( Fig. 17 ).