La mayor parte de las estenosis tratadas mediante DBGF fueron únicas (87,7%),
cortas (86,6%),
con una estenosis superior al 70%(87,7%),
y situadas en la uretra posterior (73,8%).
El 81% de las estenosis fueron secundarias a instrumentación uretral de algún tipo,
incluyendo instrumentación transuretral de la próstata (13 pacientes),
o en combinación con radioterapia (5 pacientes),
uretroplastia (7 pacientes),
o prostatectomía radical (25 pacientes).
Tanto la estenosis congénita como la secundaria a fracturas de la pelvis representaron un 3% de los casos.
La estenosis idiopática registró en un 8% de los casos.
Un 5% de las estenosis fueron debidas a otras causas menos frecuentes (infecciosas,
inflamatorias etc...).
Un grupo no despreciable de pacientes (41%) había sido sometido previamente sin éxito a otros tratamientos.
Un 25% de los que presentaban recidivas persistentes se les realizaban periódicamente dilataciones rígidas de forma más o menos reglada.
En casi dos terceras partes de los pacientes había fracasado la uretrotomía endoscópica.
Un 15,7% presentaban recidiva tras la uretroplastia.
8 pacientes del estudio (12,3%) se habían sometido previamente a DBGF sin éxito,
después del fracaso de otras técnicas.
Un total de 7 pacientes se perdieron durante el seguimiento: 4 de ellos porque fueron atendidos de urgencia por retención aguda de orina; tras retirar la sonda,
estos pacientes fueron tratados en sus respectivos hospitales de zona.
Un paciente murió por insuficiencia cardíaca grave de larga evolución,
no relacionada con su patología urológica.
Otros 2 pacientes cambiaron de lugar de residencia,
por lo que no siguieron más controles en nuestro centro.
La eficacia inmediata,
después de retirar la sonda (15 días después de la DBGF) fue del 90,7%; bajando al 86,3% a los 2 meses después del procedimiento.
El 69,6% de los pacientes no requirió ningún tratamiento adicional un año después del tratamiento.
En estudios realizados con otras técnicas se han considerado las características de la estenosis,
especialmente su longitud,
un factor determinante de mala respuesta al tratamiento.
En nuestro estudio ni las causas,
ni tampoco las características de la estenosis influyeron de forma significativa en la eficacia del tratamiento.
En los pacientes en los que la DBGF era su primer tratamiento,
la eficacia de la técnica sí fue significativamente mejor que en los pacientes tratados previamente con otras técnicas (eficacia al año del 81,8% vs.
52,2% p = 0,003).
No se produjeron eventos adversos mayores.
Fueron habituales los episodios de uretrorragia limitada de forma espontánea o mediante la colocación de un catéter uretral.
Se registraron episodios de fiebre leve después de la DBGF en algunos pacientes,
que no requirieron atención médica específica.
La extravasación periuretral de contraste después de la dilatación se produjo en dos casos.
La dilatación del cuello vesical o del esfínter distal no produjo ninguna lesión fluoroscópica o funcional.