Desde la introducción de las secuencias EPI para la evaluación de la difusión microscópica del agua en los tejidos, las secuencias de Difusión se han utilizado para evaluar diferentes patologías sobre todo a nivel cerebral,
especialmente en el campo de la patología isquémica, pero también en el estudio de integridad de fibras de sustancia blanca y para la diferenciación de tumores cerebrales según su grado de celularidad.
Se ha demostrado que los tumores muestran una relación inversamente proporcional entre los valores de ADC y su grado de celularidad.
Recientemente,
las secuencias de DWI con cuantificación de ADC están siendo utilizadas para la evaluación y caracterización de lesiones extracraneales de cabeza y cuello.
A pesar de algunas limitaciones técnicas iniciales, nuevas mejoras en secuencias han permitido la adquisición de imágenes con suficiente calidad,
evitando los temidos artefactos por susceptibilidad. El uso de SS-EPI con parallel imaging o navigator-eco pueden mejorarlas notablemente.
Se recomienda igualmente usar secuencias con Propeller,
no aumentando los tiempos de adquisición demasiado para evitar artefactos por movimiento,
deglución… En general se usan varios valores B para mejorar la calidad de imagen,
disminuir el ruido y los artefactos de movimiento; con un valor B máximo de entre 800 y 1000.
La RM difusión mediante la cuantificación del ADC ha demostrado ser capaz de diferenciar entre adenopatías benignas y malignas,
así como entre linfoma y metástasis de carcinoma epidermoide en adultos.
Incluso se ha correlacionado positivamente el valor ADC con el grado de diferenciación tisular.
Aunque el Gold Standard siga siendo el PET-TC,
presenta numerosas limitaciones especialmente en adenopatías de pequeño tamaño.
Los valores ADC de las adenopatías metástásicas son significativamente menores que las de las benignas,
y numerosas publicaciones han demostrado su capacidad para diferenciarlas,
incluso en aquellas de entre 4 y 9 mm,
de muy difícil caracterización mediante PET-TC.
Las secuencias de difusión aumentan la capacidad para detectar adenopatías,
sea cual sea su etiología,
y combinada con las características morfológicas de tamaño,
irregularidad en los bordes,
y grado de inhomogeneidad en secuencias T2 con saturación grasa incrementan de manera notable la capacidad de caracterización.
Ha demostrado además gran capacidad para el seguimiento de las adenopatías patológicas,
pudiendo mostrar cambios post tratamiento.
Las adenopatías inflamatorias han demostrado en numerosas series valores de ADC significativamente mayores que las de las malignas en pacientes adultos,
si bien patologías granulomatosas como la sarcoidosis o la enfermedad por arañazo de gato condicionan valores de ADC que podrían similar malignidad.
Sin embargo,
no se ha comprobado si este papel es reproducible en pacientes pediátricos.
Diferentes estudios y publicaciones han propuesto valores de corte aproximados de ADC en la cuantificación de la difusibilidad del agua como reflejo de la microarquitectura tisular y de la densidad celular,
si bien los estudios enfocados a las adenopatías cervicales hasta la fecha no proponen valores específicos para la edad pediátrica. Existen,
es cierto,
estudios genéricos para la valoración medianto difusión y cuantificación del ADC de tumores de cabeza y cuello en la edad pediátrica ,
si bien no se hace hincapié en las estructuras linfáticas ni se proponen valores aproximados de corte o de referencia como normalidad.
En nuestro estudio,
hemos sometido a un estudio de RM difusión de cabeza y cuello a 11 niños menores de entre 10 y 60 meses años (media de 30.13 meses,
desviación estándar 13.64 ) ,
7 varones y 4 mujeres,
( Fig. 1 ) ,
sin leucocitosis ni otros problemas de salud infecciosos/neoplásicos conocidos,
correlacionando los datos de la historia clínica con la exploración del anestesista en los estudios que la requirieron,
y los datos de imagen que sugerían la presencia de patología infeccioso-inflamatoria,
especialmente de la región nasosinusal.
Uno de los pacientes se solicitó por ptosis palpebral,
2 por retraso madurativo,
2 por cefalea,
1 por crisis convulsiva,
1 por sospecha de agenesia parcial del cuerpo calloso,
1 por sospecha de secuelas de EIH,
1 por cifras bajas de hormona del crecimiento y 2 por microcefalia.
Uno de los pacientes incialmente incluidos luego fue excluído por presentar una importante afectación de aspecto inflamatorio de senos paranasales,
con lo que de los 12 pacientes preseleccionados a priori sólo se analizaron 11.
En el estudio de RM difusión se utilizó una secuencia SS EPI con saturación espectral de la grasa y valores b de 0 y 1000 s/mm2,
con adquisición de valores B en tres direcciones del espacio.
Usamos un equipo de RM de 1.5 Tesla en todos los estudios.
El espesor de corte fue de 3 mm,
para disminuir el artefacto de volumen parcial y aumentar la capacidad para detectar adenopatías de pequeño tamaño.
Se incluyó desde la base de las órbitas hasta aproximadamente C7 ( Fig. 2 ),
con el fin de no tener que cambiar de antena de cráneo y no prolongar en exceso el tiempo de exploración previsto acorde con su patología de sospecha.
La secuencia se añadió al protocolo base de cada paciente,
con un tiempo sobreañadido de aproximadamente 1´35 ´´.
Se solicitó permiso al Comité Ético y de ensayos clínicos de nuestro centro.
Cuatro de los pacientes requirieron inducción del sueño mediante hidrato de cloral,
uno anestesia general mediante mascarilla laríngea RM compatible,
y el resto fueron explorados durante el sueño.
Ninguna de las adquisiciones sufrió artefactos por movimiento que nos hicieran descartarlas para nuestro estudio.
Se realizaron ROIs de entre 25 y 50 mm2 en las principales adenopatías cervicales de la cadena yugulodigástrica,
así como en el las estructuras del anillo de Waldeyer en cada uno de los pacientes,
obteniéndose ADC max,
ADC min y media ADC de al menos la adenopatía cervical de mayor tamaño,
la mucosa del cavum nasofaríngeo y las amígdalas palatinas en cada paciente.
(Fig. 2) Los ROIs fueron colocados en el centro de las estructuras,
intentado evitar en la medida de lo posible el artefacto de volumen parcial,
así como evitando el hilio graso,
para intentar reflejar lo mejor posible la difusibilidad del tejido linfoide.
( Fig. 3 )
Se realizaron mediciones del ADC mediante la fórmula ADC = ln (SI1/ SI2) / (b2– b1),
usando 2 valores b (o y 1000).
Se calcularon la media para los valores de ADC máximos,
mínimos y medios para cada uno de los tres grupos de estructuras mediante una hoja de cálculo convencinal,
y se obtuvieron la media y la desviación estándar.