Se revisan casos de linfadenopatías de procesos patológicos poco frecuentes: enfermedad de Castleman (figuras 1,2),
enfermedad de Kikuchi-Fujimoto (figura 3),
linfoma atípico VIH (figura 4),
adenopatías en carcinoma de tiroides (figuras 5 y 6),
adenopatías tuberculosas/escrófula (figura 7),
paniculitis mesentéricas (figura 8) y adenopatías metastásicas (figuras 9-11).
La enfermedad de Castleman es un trastorno benigno proliferativo ganglionar,
no neoplásico y de etiología incierta (figuras 1,2).
Afecta más frecuentemente al tórax,
como masa mediastínica o hiliar asintomática (70%),
cervical (14%) y abdominal 12%).
El diagnóstico diferencial se realiza con procesos con adenopatías generalizadas (TBC,
linfoma,
enfermedad metastásica),
tumores vascularizados (hemangioma,
hemangiopericitoma) o tumores neurogénicos .
También se incluye la de masa mediastínica,
así como intra y retroperitoneal.
Por ecografía se observan tumoraciones bien delimitadas,
hipoecogénicas,
con refuerzo acústico posterior y a veces con calcificación en su interior.
En TC se observan masas bien delimitadas o adenopatías hipodensas o con densidad partes blandas,
con realce precoz,
importante y uniforme.
La TC detectará las calcificaciones cuando existan.
Según algunos autores un tipo de calcificación radiada hacia la periferia de la masa sería sugestivo.
La enfermedad de Kikuchi es una rara enfermedad se incluye en el diagnóstico diferencial de pacientes con cuadro febril y adenopatías,
principalmente,
látero-cervicales,
sobre todo si por TC hay afectación múltiple y realce anular con centro hipodenso,
si bien otros patrones radiológicos no descartan esta entidad (figura 3).