Type:
Presentación Electrónica Educativa
Keywords:
Ischaemia / Infarction, Education, Technical aspects, CT, MR, Conventional radiography, Musculoskeletal bone, Extremities
Authors:
C. Oviedo Muñoz1, A. Llanes Rivada2, M. Roiz Gaztelu3; 1Valencia /ES, 2Valencia/ES, 3España/ES
DOI:
10.1594/seram2014/S-0719
Revisión del tema
A la necrosis osea se le llama osteonecrosis isquemica,
necrosis avascular,
necrosis aseptica cuando tiene lugar en zonas de hueso subcondral epifisario con la posibilidad de que se produzca colapso articular y enfermedad degenerativa posterior secundaria a la deformidad.
Cuando sucede en la metafisis y diafisis se le llama infarto oseo.
Fig. 2
Los cambios radiológicos observados en la NAO epifisaria son la consecuencia de dos fenómenos: en primer lugar,
la reacción reparativa proveniente del hueso sano vecino y posteriormente microfracturas por la fragilidad ósea.
La preponderancia de uno u otro fenómeno explica su polimorfismo radiológico; siendo la RM una de las técnicas más sensibles para la caracterización y estudio de la NAO en todas sus etapas evolutivas.
Con la radiología simple podemos reconocer las características,
dimensiones y situación de la lesión necrótica y con la TC se pueden definir alteraciones trabeculares permitiendo así un diagnóstico precoz de la entidad e identificar la presencia y extensión de colapso o hundimiento óseo ,
además permite reclasificar algunas lesiones en estadio III,
inicialmente etiquetadas como estadio II en el estudio radiológico convencional,
siendo muy sensible para detectar fracturas subcondrales.
Tabla 1.
La RM por su alta sensibilidad y especificidad en esta entidad suele ser la técnica de elección en pacientes con radiografía normal o dudosa y en aquellos casos con necrosis avascular conocida,
para descartar enfermedad contralateral en fase subclínica.
Para la NAO,
la RM muestra dos patrones de captación: el geográfico y el difuso: el patrón geográfico,
es el más frecuente; en las fases iníciales,
la médula ósea grasa que ha sufrido infarto suele mantener su señal normal y solo se hace visible gracias a los cambios en la señal del tejido que la rodea o zona de transición entre el hueso isquémico y el sano,
que demarcan la lesión geográfica.
Se denomina el signo de la doble línea que en T1 consiste en un anillo externo hipointenso que se debe a fibrosis y esclerosis en la interfase reactiva y que corresponde a la transición entre el hueso sano periférico y la región central hipointensa que es la zona isquémica Fig. 2 Fig. 3 El patrón difuso, que se manifiesta en forma de edema óseo con disminución de la intensidad de señal de la médula ósea en la epífisis en T1 y aumento de la señal en T2 que se puede extender al cuello femoral.
Fig. 3
El lugar de presentación más habitual de la NAO es la cabeza femoral pero debe de ser considerada en otras localizaciones en pacientes con factores de riesgo,
tales como:escafoides carpiano,
rodilla,
cuerpo vertebral (enfermedad de Kúmmell) Fig. 7 Fig. 8,
hueso semilunar (enfermedad de Kienböck) Fig. 9,
escafoides tarsiano (síndrome de Mueller-Weiss) Fig. 10 .
Tabla 1.
Clasificación modificada de Ficat y Arlert de la NAO
Estadio
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Características
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0
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Radiografía,
RM y gammagrafía normales o no diagnosticas
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I
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Radiografía normal,
RM y gammagrafía positivas
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II
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Radiografía: alteración en la densidad (osteopenia,
esclerosis,
cambios quísticos).
No hay alteraciones en el contorno de la cabeza.
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III
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Colapso subcondral y/o línea de fractura subcondral (signo de la semiluna),
sin alteración de la superficie ósea.
Fig. 2,
Fig. 4
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IV
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Colapso marcado .
Fig. 5
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V
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Disminución del espacio articular y cambios degenerativos artrósicos con afectación acetabularFig. 6
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