De las 500 exploraciones revisadas,
300 fueron RM de cerebro y 200 RM de la base del cráneo (en ambos grupos no se tuvo en cuenta si se administró o no contraste intravenoso).
Se revisaron 80 exploraciones en cada uno de los hospitales participantes,
salvo en el Hospital Infanta Sofía,
en el que se revisaron 100.
El 87,5% de las RM se realizaron a pacientes derivados desde consultas externas,
el 10 % a pacientes urgentes o ingresados y en el 2,5% restante,
no se registró el ámbito.
El conjunto de los resultados obtenidos se expone en las figuras: Fig. 2 Fig. 3 y Fig. 4.
RM de cerebro (Fig. 5)
El 62% de las exploraciones revisadas se ajustaban a alguno de los supuestos clínicos contemplados en los criterios del ACR; sin embargo,
el porcentaje de casos que además se ajustaban a una de las variantes recogidas para cada supuesto se redujo al 37,3%. En este último grupo de exploraciones,
el grado de indicación medio es de 6,9.
Cuando se analiza en cuántas exploraciones se confirmó la existencia de hallazgos patológicos que corroborasen la sospecha clínica,
el porcentaje es del 27,3%.
El hecho de que las exploraciones se ajustasen a un supuesto clínico o variante dentro de los criterios del ACR no aumentó la tasa de exploraciones patológicas respecto a aquellas con indicaciones no contempladas en el catálogo del ACR.
Analizando los resultados por hospitales,
en todos ellos un alto porcentaje de los estudios se incluía en un supuesto clínico (oscilando entre el 44% y el 72%).
El porcentaje de estudios que además se adaptaba a una de las variantes también era considerable,
con un intervalo entre el 22%y el 52%.
El porcentaje de hallazgos patológicos oscilaba desde el 8% al 36%.
Únicamente en uno de los centros,
el Hospital Infanta Leonor,
la aplicación de los criterios ACR mejoraba claramente la tasa de exploraciones patológicas (que pasaba del 14% al 42,6%).
RM de base del cráneo (Fig. 6)
El 72% de las RM de base del cráneo se ajustaban al supuesto clínico de “Hipoacusia y vértigo” recogido por los criterios de indicaciones clínicas del ACR.
Sin embargo; cuando se exigía que además se correspondieran con una de las formas de presentación descrita en esta guía,
solo en el 37,5% se aportaba la suficiente información clínica; en estos casos,
el grado de indicación medio era del 7,4.
En el 10,5% de los estudios se encontraron hallazgos patológicos que corroborasen la sospecha clínica.
Los estudios de este grupo cuya información clínica se ajustaba a los criterios ACR no mejoraba la tasa de exploraciones patológicas respecto a aquellos que no se podían incluir en los grupos de indicaciones establecidos.
En la distribución por hospitales,
entre el 46,6% y el 93% de los casos se correspondían con uno de los supuestos clínicos reconocidos,
mientras que oscilaba entre el 13% y 60% el porcentaje de estudios cuya información permitía incluirlos en una de las variantes de presentación.
El porcentaje de hallazgos patológicos variaba según el centro entre el 0 y el 14%,
sin grandes diferencias entre las exploraciones que cumplían los criterios de indicación clínica y las que no.
Grado de indicación clínica (Fig. 7)
Si se seleccionan los distintos estudios en función del grado de indicación,
un 31% muestran una indicación apropiada (mayor o igual a 7 según el ACR) y el porcentaje de exploraciones patológicas es del 22,8%.
Únicamente el 4,3% de los estudios tenían un escaso grado de indicación según los criterios del colegio ACR,
con una tasa de exploraciones patológicas del 7,1%.
El resto de estudios,
que suponen el 64,3%,
o bien no se corresponden con una situación clínica contemplada por los criterios del ACR o bien no tienen suficiente información como para etiquetarlos en uno de estos grupos.
La tasa de exploraciones patológicas es del 21,3% para este grupo.