La CoA es un estrechamiento de la luz aórtica que causa una obstrucción al flujo sanguíneo y que se localiza en la aorta torácica descendente distal al origen de la arteria subclavia izquierda.
Se produce una hipertrofia de la capa media que protruye sobre la luz estrechándola y suele situarse en la pared posterior a la inserción del ductus.
(Fig.1)
Representa el 5% de las cardiopatías congénitas pudiendo asociarse o no a otras cardiopatías; aorta bicúspide (30-85%),
CIV (33%) y lesiones obstructivas izquierdas (15% - estenosis subaórtica,
hipoplasia de VI-).
La evolución natural de la CoA sin tratamiento conduce a la muerte al 90% de los pacientes antes de llegar a los 50 años.
La CoA crítica se manifiesta clínicamente en el neonato como insuficiencia cardiaca.
Los casos menos severos (10%) pasan desapercibidos hasta la adolescencia o juventud debido al desarrollo de circulación colateral.
Cuando se diagnostica en el adulto o bien cuando tras tratamiento quirúrgico existe recoartación,
nos es remitido para el estudio previo al tratamiento endovascular.
Nuestra función debe cubrir tres aspectos del problema.
Primero: confirmación diagnóstica.
A veces los pacientes son remitidos solo con sospecha clínica.
Por ello es necesario asegurar el diagnóstico descartando pseudocoartaciones y en medida de lo posible valorar otros hallazgos asociados,
(presencia de colaterales,
válvula aórtica bicúspide,
arteria subclavia derecha aberrante,
aneurismas,
etc..).
Segundo: es importante un asesoramiento funcional.
Para ello es indispensable el uso de secuencias de contraste de fase con las que inferir el gradiente transcoartación,
así como valorar el flujo colateral que llega a la aorta en la transición toracoabdominal.
Realizamos una secuencia "in plane" (Fig.
2 y 3) para valorar cualitativamente el jet transcoartación y así programar la secuencia "trough plane" (Fig.
4 y 5) perpendicular al vaso con la que obtener datos cuantitativos.
Por la ecuación modificada de Bernoulli (ΔP=4V2),
donde "V" es la velocidad pico sistólica,
obtenemos un valor estimado de presión transcoartación.
Uno de los criterios para tratar el paciente es que este valor sea superior a 20 mm Hg.
Realizamos otra secuencia "trough plane" en la aorta a la altura de la transición toracoabdominal de modo que podemos estimar funcionalmente la apertura de colaterales; así si el flujo en la aorta a la altura diafragmática es igual o superior al obtenido en la medida postcoartación revela un flujo aportado a la aorta por la colaterales cuando en situación fisiológica es de salida.
Tercero: es importante que el cardiólogo que va a tratar percutánemente al paciente conozca algunos datos morfológicos:
Configuración tridimensional del arco y de la coartación así como severidad de la estenosis,
distancia de la misma a la salida de la subclavia izquierda,
diámetros pre y postcoartación a aproximadamente unos 15 mm de la misma y calibre de la aorta descendente distal.
(Fig.
6)
Ello le permite además de elegir la prótesis idónea a colocar,
analizar las dificultades previas y prever posibles decisiones a tomar durante el tratamiento.
(Fig.
7-9)
Durante el procedimiento terapéutico endovascular se realiza una dilatación con balón de presión secuencial (dos balones,
uno interno y otro externo); asimismo las endoprótesis cubiertas o no al expandirse asocian un acortamiento longitudinal (Fig.
10-12).
Estos datos deben ajustarse con la mayor precisión posible antes de llevar a efecto el procedimiento.