Encontramos línea de fractura en 45 casos (86,5%) de las Rx,
cuya localización más frecuente fue la parietal. Solamente en 2 casos (4,3%) las fracturas fueron relevantes.
La TC resultó normal en 75 pacientes (81,5%). Pudimos visualizar la fractura en 29 niños (31,5%),
pero sólo resultó relevante en 4 de ellos (1 fractura en ping-pong y 1 diástasis de sutura lambdoidea que correspondían a las vistas en Rx y 2 fracturas fronto-orbitarias complejas). (Fig. 1) Para nuestra valoración estadística los casos en los que únicamente se observó en TC fractura lineal no relevante sin hallazgos intracraneales fueron considerados como TC no patológico.
En 17 niños (18,5%) encontramos hallazgos intracraneales: hematoma subdural en 3 (3,3%),
epidural en 9 (9,8%),
hemorragia subaracnoidea en 2(2,2%) y focos contusivo-hemorrágicos en 7 (7,6%) (Fig. 2).
Un niño presentó HSD,
HED y contusiones (Fig. 3) y dos niños HED y contusiones.
Cuatro pacientes (4,3%) fueron intervenidos quirúrgicamente,
tres de ellos correspondieron a los casos de fracturas en ping-pong y,
hundimiento del techo orbitario y la niña que presentaba HED de tamaño considerable junto con HSD y contusiones hemorrágicas.
Cinco niños quedaron con secuelas,
tres de los que fueron intervenidos quirúrgicamente y dos en los que a pesar de disponer de estudio de TC normal,
la afectación clínica aconsejó la realización de RM con hallazgos sugestivos de daño axonal difuso.
No encontramos asociación estadística entre el hallazgo de TC patológico y la edad de los pacientes,
sin embargo si existía asociación estadística significativa con la escala de Glasgow (Tabla II). Tampoco encontramos en nuestra muestra relación estadísticamente significativa entre el mecanismo del traumatismo y los hallazgos de TC.
Table 2: Tabla II. Análisis de las variables cuantitativas Edad y Escala de Glasgow.
El análisis de las variables dicotómicas mostró los hallazgos reflejados en las Tablas III y IV,
encontrando únicamente asociación estadística entre la TC patológica y las heridas o contusiones craneoencefálicas y nuevamente con la escala de Glasgow utilizando < 14 como punto de corte.
Table 3: Tabla III. Análisis de las variables dicotómicas (1ª parte).
Table 4: Tabla IV. Análisis de las variables dicotómicas.
Mostramos el RR (Riesgo Relativo) de ambas variables en la Tabla V.
Table 5: Tabla V. Riesgo Relativo de las variables estadísticamente significativas heridas/contusiones craneofaciales y escala de Glasgow mayor/=14.
Resaltar que el hallazgo de fractura en Rx simple tampoco mostró asociación con la existencia de TC patológico,
más allá de visualizar la misma línea de fractura.
El modelo multivariante de mayor capacidad predictiva de TC patológica incluyó las variables de irritabilidad y heridas / contusiones craneofaciales (Tabla VI).
Table 6: Tabla VI. Coeficiente de determinación de la asociación de las variables irritabilidad y heridas/contusiones craneofaciales.
Dos de los niños intervenidos quirúrgicamente presentaban heridas craneofaciales de consideración y los dos niños con TC inicial normal que precisaron RM habían ingresado en Urgencias con una valoración de la escala de Glasgow <10.