DISCUSIÓN
La caracterización de una lesión esplénica requiere el estudio minucioso,
y por diferentes métodos de imagen,
de su presentación (multiplicidad,
aspecto de sus bordes,
etc.) La presencia de lesiones esplénicas múltiples suele tratarse de un evento secundario a patología sistémica y raramente representa la presencia de una enfermedad esplénica solitaria y por ende se requiere alta sospecha diagnóstica para colocar dichas lesiones dentro del espectro de una enfermedad general.
Warshauer et al describieron tres grupos de pacientes dependiendo de su sintomatología y el conocimiento o no de enfermedad maligna previa.
En el paciente sintomático sin enfermedad maligna conocida el radiólogo debe pensar en linfoma,
infección o sarcoidosis. En el paciente asintomático sin enfermedad maligna conocida se debe pensar en malignidad,
sarcoidosis y metástasis. En el grupo de paciente con enfermedad maligna conocida se debe pensar siempre en metástasis como primera posibilidad.
El diferencial por imagen se debería basar siempre en las características morfológicas de la lesión y sobre todo,
si se dispone de resonancia magnética,
de la intensidad de la lesión en los estudios ponderados en T2 conociendo que la mayoría de lesiones infecciosa son hipointensas en T2. Aunque no hay un consenso establecido,
el linfoma suele presentarse como lesiones múltiples de mayor tamaño que las lesiones en un contexto infeccioso.
Las lesiones por sarcoidosis presentarán un tamaño intermedio. Si bien los microabscesos esplénicos fúngicos se suelen observar en pacientes con inmunodepresión,
en este contexto también se debe pensar en afección por tuberculosis,
angiomatosis bacilar,
infección por P.
Jirovecci (lesiones con tendencia a calcificar periféricamente) y por sarcoma de Kaposi.
Si las pruebas de imagen no son suficientes para llegar a un diagnóstico,
el intervencionismo guiado por imagen como la punción con aguja fina puede ser un método adecuado con una baja tasa relativa de complicaciones.
Se han realizados estudios para valorar la relación entre los hallazgos tomográficos de una lesión esplénica y los estudios histopatológicos y muchos de ellos permiten aseverar que se puede precisar con cierto grado de confianza la naturaleza benigna o maligna de una lesión según su aspecto en imagen.
Los autores hemos querido demostrar que el recordar los aspectos típicos de las lesiones esplénicas más comunes puede alertar tanto al radiólogo como al clínico a relacionar dichos hallazgos con los diagnósticos principales a los que se asocian.
Esta premisa no pretende disuadir al médico de pensar en diagnósticos menos prevalentes,
puesto que especialmente el bazo es diana frecuente de múltiples enfermedades de aspecto general.
Específicamente la Sarcoidosis y la Aspergilosis invasiva,
suelen tratarse de patologías clásicamente relacionadas con otro tipo de espectro clínico y sin embargo,
la afección esplénica es fácilmente detectable y puede contribuir,
como en el segundo caso presentado,
a utilizar un correcto arsenal terapéutico.
Hemos querido mostrar la importancia de tener siempre en mente un alto nivel de sospecha diagnóstica para el médico que realiza el estudio primario en el que se observa una lesión o lesiones esplénicas.
Debido a que,
en este caso,
dicho estudio suele ser una ecografía realizada en un ámbito de atención primaria o en un servicio de Radiodiagnóstico,
muchas veces,
por otra indicación,
resaltamos el interés que implica el conocimiento básico sobre el aspecto que pueden tener las diversas lesiones para poder determinar el siguiente paso a seguir,
ya sea con otra prueba de imagen o con otro tipo de análisis.