La PAAF guiada por ecografÃa es la técnica de elección para valorar los nódulos tiroideos.
Es un método mÃnimamente invasivo,
barato y sencillo de realizar que permite determinar en la mayorÃa de los casos
la benignidad o malignidad de dichos nódulos.
Hemos realizado una revisión retrospectiva de los resultados obtenidos en las PAAF realizadas en el Servicio de Radiodiagnóstico de nuestro hospital desde octubre de 2012 hasta octubre de 2013.
En nuestro centro el procedimiento se realiza de forma ambulatoria,
comenzando por la desinfección de la zona en la que se va a realizar la punción.
La utilización de anestésico en la zona se reserva para aquellos casos que requieren más de una punción o si nos encontramos ante la presencia de adenopatÃas profundas dolorosas.
El control ecográfico sirve de guÃa,
permitiendo desplazar la punta de la aguja (de 22 G en la mayorÃa de los casos) hasta el interior del nódulo tiroideo.
Una vez allÃ,
se aspira el material,
pudiéndose realizar un movimiento de vaivén que permite obtener mayor cantidad del mismo. Posteriormente el material obtenido se extiende en varios portaobjetos,
dos de los cuales son teñidos in situ mediante la técnica rápida de Giemsa.
El patólogo revisa al microscopio a pie de camilla dichas muestras,
pudiéndose determinar en el momento si contienen material suficiente o no.
Para que se considere la muestra satisfactoria es necesario obtener en cada portaobjetos de 6 a 10 grupos celulares que contengan de 10 a 20 células bien conservadas.
El resto de portaobjetos son enviados al Servicio de AnatomÃa Patológica,
donde son procesados y teñidos según la técnica de Papanicolau.
La ventaja de este método es que permite repetir la PAAF en ese momento cuando no se obtiene material suficiente.
Si tras realizar tres punciones sigue sin haberse obtenido una muestra satisfactoria,
el paciente continuará revisiones periódicas con control ecográfico de los nódulos,
excepto en aquellos casos de muy alta sospecha de malignidad en los que se puede extraer el nódulo de forma quirúrgica para su análisis.
Tras la realización de dicha técnica,
en aquellos casos en los que sea necesario repetirla en el futuro,
hay que dejar pasar al menos tres meses,
puesto que los cambios inflamatorios que se producen tras la
PAAF pueden dificultar la valoración de la muestra y llevar a errores diagnósticos en posteriores punciones.
El método más usado para uniformizar los resultados de las PAAF es la clasificación de Bethesda (2007),
que presenta 6 categorÃas:
1.
Muestra no satisfactoria.
2.
Lesión benigna (Fig. 1,
Fig. 2,
Fig. 3,
Fig. 4).
3.
Lesión indeterminada,
no concluyente:
a.
Sugiere hiperplasia.
b.
Sugiere neoplasia.
4.
Patrón folicular (incluyendo el oncocitoma) (Fig. 5,
Fig. 6).
5.
Lesión sospechosa de malignidad (Fig. 7).
6. Lesión maligna (Fig. 8).
Las principales caracterÃsticas sospechosas de malignidad en la ecografÃa tiroidea incluyen la presencia de microcalcificaciones (Fig. 9, Fig. 10, Fig. 11),
la hipoecogenicidad (Fig. 12),
los bordes
irregulares (Fig. 13),
un componente predominantemente sólido,
un diámetro anteroposterior mayor que longitudinal (Fig. 12),
la presencia de vascularización intranodular y la extensión a tejidos adyacentes.
Aun teniendo en cuenta todas estas caracterÃsticas,
sigue sin poder afirmarse con suficiente seguridad la benignidad o malignidad de un nódulo tiroideo.
Indicaciones de punción de un nódulo tiroideo:
- Nódulo > 1 cm de diámetro mayor si presenta microcalcificaciones (Fig. 9).
- Nódulo > 1,5 cm de diámetro mayor si es sólido o con calcificaciones groseras (Fig. 14).
- Nódulo < 1 cm con clÃnica o hallazgos ecográficos sospechosos de malignidad (Fig. 12).
- Crecimiento de un nódulo (Fig. 15).
- Historia previa de irradiación cervical o historia familiar de cáncer de tiroides o de MEN II.
No existen contraindicaciones absolutas para la punción de un nódulo tiroideo aunque en los pacientes bajo tratamiento antiagregante o anticoagulante se recomienda la suspensión del mismo unos dÃas antes de la realización del procedimiento.
Posibles complicaciones a la PAAF de tiroides:
- Molestias locales: la más frecuente (Fig. 16).
- Punción accidental de tráquea o carótida.
- Parálisis laringea temporal.
- Enfisema subcutáneo.
- Hemorragias.