La actinomicosis es una infección producida por Actinomyces species,
siendo el israelii el germen más frecuente en seres humanos.
Son bacterias gram + anaerobias o microaerófilas no formadoras de esporas.
(fig.1)
Es un saprofito de la cavidad bucal,
del colon y el tracto genital femenino que provoca infección en estados de inmunoincompetencia y en pacientes con antecedentes de cirugía,
apendicitis,
diverticulitis,
perforación gástrica o de colon,
perforación por cuerpos extraños,
enteritis y en portadoras de DIU de forma prolongada o con manipulación reciente.
La clínica más frecuente es dolor abdominal,
astenia,
pérdida apetito,
fiebre,
escalofríos,
alteración del hábito intestinal…
El diagnóstico definitivo se basa en la visualización de los típicos gránulos de azufre en los estudios histológicos o en el crecimiento de Actinomyces en medios de cultivo anaerobios,
si bien el aislamiento del gérmen puede ser difícil.
El apéndice y el colon son los lugares más frecuentes de asentamiento de la enfermedad abdominal,
si bien se ha descrito afectación de estómago,
hígado,
intestino delgado,
pelvis,
pared abdominal,
entre otros…
El tratamiento de las infecciones por actinomices es antibioterapia con penicilina IV durante 2-6 semanas en altas dosis,
seguida de amoxicilina 500mg vía oral durante un total de 6 meses.
Se muestran los hallazgos en TC de tres pacientes de nuestro centro,
diagnosticados de actinomicosis durante los años 2008-2012.
Dos de estos casos fueron confirmados mediante estudio microbiológico,
en uno de los casos el diagnóstico fue histológico con crecimiento negativo en placa de cultivo por inicio de antibioterapia previa a la toma de muestra.
El primer caso es el de un varón de 79 años con antecedentes quirúrgicos de apendicetomía abierta por apendicitis aguda perforada con absceso local con apéndice digerido que en los primeros días de postoperatorio comienza con distensión abdominal con dolor a la palpación,
por lo que se solicita TC de forma urgente observándose una zona de hipodensidad irregular y heterogénea en segmento IV hepático sin un claro realce en el estudio con medio de contraste,
también se observan otras lesiones de similares características de menor tamaño dispersas por el parénquima hepático.
(fig.2,3,4).
Tras el tratamiento se constata una importante mejoría clínica y de la imagen con reducción de tamaño de la lesión del segmento IV y desaparición de las lesiones subcentimétricas.
(fig.5,6).
El segundo caso es el de una mujer de 65 años con dolor abdominal de 3 meses de evolución diagnosticada ambulatoriamente de epiploitis con tratamiento antibiótico que a la exploración presenta efecto masa en fosa iliaca izquierda con dolor abdominal difuso,
con antecedente quirúrgico antiguo.
Se realiza TC abdominopélvico en el que se identifica un aumento de densidad y reticulación de la grasa del omento mayor en fosa iliaca izquierda con un pequeño componente nodular denso de 1 cmde diámetro con engrosamiento peritoneal focal (fig.7,8,9).
Tras el tratamiento antibiótico se observa una mejoría de la lesión con disminución de tamaño y densidad.
(fig.
10).
En este caso debido a tratamiento antibiótico previo a la toma de muestra no se tuvo confirmación microbiológica pero si por anatomía patológica con la demostración de colonias de actinomices en el tejido.
El tercer caso es el de una mujer de 34 años portadora de DIU (fig.14) que presenta un cuadro de dolor abdominal centrado en fosa iliaca derecha de aproximadamente 1 mes de evolución con varias asistencias al Servicio de Urgencias,
en la TC de diagnóstico se observa un aumento de densidad con efecto masa adyacente al ciego que engloba el apéndice con borramiento e infiltración de la grasa perilesional (fig 11,12,13) con diagnóstico inicial de plastrón apendicular por lo que fue intervenida con exéresis del mismo con diagnóstico anatomopatológico y microbiológico de absceso por actinomices.