Introducción
La necesidad de acceder al sistema venoso de forma habitual y prolongada, es lo que ha llevado a buscar la forma de conseguirlo,
sin lesionar de forma reiterada al paciente ni a su sistema venoso.
Esto se ha logrado mediante la instauración de sistemas de acceso venoso prolongado,
comúnmente denominados “reservorios”,
por ser unos dispositivos que tiene una cámara que actúa como tal.
En la actualidad,
las áreas de la Medicina que más se han beneficiado del gran desarrollo alcanzado por estos sistemas son sobre todo las áreas de cuidados críticos,
diálisis,
soporte nutricional y oncología.
¿Cómo es un SAVP?
Dentro de las distintas posibilidades de denominación (catéteres totalmente implantables,
reservorios o puertos en la literatura inglesa (port-a-cath),
les llamaremos en adelante sistema de acceso venoso permanente con dispositivo de reservorio subcutáneo (SAVP).
Estos sistemas son implantables por técnica quirúrgica y constan de una cámara de inyección,
que incluye una membrana autosellante de silicona,
a la cual se accede mediante punción percutánea con una aguja angulada.
A ella está conectado un catéter flexible,
que tras un pequeño trayecto subcutáneo,
se introduce en la vena,
quedando su extremo distal alojado a nivel de la unión de la vena cava superior con la aurícula derecha Fig. 1 .
Fig. 2
La cámara o reservorio generalmente se introduce subcutáneamente en la parte anterior del hemitórax,
aunque pueden situarse en otras localizaciones anatómicas.
En la actualidad,
la técnica de Seldinger es la más utilizada y estandarizada de modo que su empleo ha logrado un gran descenso de las complicaciones relacionadas con la inserción de catéteres vasculares.
Es importante,
para conseguir mayor seguridad y menos yatrogenia en la realización del implante del catéter,
que la colocación del mismo sea efectuada por equipos experimentados.
¿Cómo se coloca un SAVP en 10 pasos?
- Preparación: asepsia de la piel,
campo quirúrgico estéril,
monitorización (ECG,
TA,
FC y Sat 02) y profilaxis antibiótica.
Fig. 3 y Fig. 4.
- Punción ecodirigida de la vena yugular interna – técnica de Seldinger.
Las venas que con mayor frecuencia son utilizadas como vías de acceso son las venas yugular interna,
subclavia,
femoral o venas del brazo.
Fig. 5 y Fig. 6
- Paso de una guía a través de la aguja de punción hasta VCI y colocación a través de la misma de la vaina que dirigirá el catéter Fig. 7.
- Infiltración con anestésico local y realización del bolsón subcutáneo para el reservorio mediante incisión en la piel y disección del TCS Fig. 8 y Fig. 9.
- Infiltración con anestésico local y tunelización del catéter subcutáneamente,
desde el reservorio al acceso previo a vena yugular interna Fig. 10.
- Medición mediante escopia de la longitud del catéter para que el extremo quede en la unión de vena cava superior – aurícula derecha Fig. 11.
- Introducción del extremo distal del catéter dentro de la vaina colocada en la vena yugular interna y retirada de la vaina Fig. 12 .
- Comprobación del correcto funcionamiento y sellado con heparina Fig. 13.
- Cierre mediante puntos de sutura y colocación de apósito sobre la zona de inserción Fig. 14.
- Control radioscópico para determinar la posición exacta del catéter y descartar posibles complicaciones Fig. 15.
¿Cuándo está indicado colocar un SAVP?
Table 1
¿Qué complicaciones pueden surgir?
El uso de los SAVP conlleva posibles riesgos,
que normalmente se asocian a la colocación del catéter (lo más frecuente es que no haya ninguna complicación) o a la utilización posterior. Fig. 16 y Fig. 17
¿Cuál es nuestra experiencia en la implantación de los SAVP?
Desde el inicio de nuestro hospital (hace 14 años) los reservorios se colocan por Radiología Intervencionista.
Este trabajo recoge nuestra experiencia durante el último año.
Realizamos un estudio retrospectivo en 83 pacientes,
teniendo en cuenta diferentes variables Fig. 18 y Fig. 19 .
En los 83 pacientes se colocaron 88 reservorios,
todos ellos bajo control ecográfico,
ya que en 5 casos debido a infección se retiró el SAVP y posteriormente se colocó uno nuevo Fig. 20.
No hubo complicaciones inmediatas en ningún caso.
Se encontraron complicaciones tardías en 13 reservorios y consistieron en infecciones,
trombosis y ulceración de la piel Fig. 21.