La forma de presentación de los tumores localizados en la encrucijada entre el páncreas,
el hígado,
el riñón y la glándula suprarrenal derechos es,
en ocasiones,
la de una masa de gran tamaño,
ya que muchas veces no producen síntomas específicos y,
cuando son diagnosticados,
presentan ya un importante crecimiento.
Este hecho hace que nos pueda resultar complicado establecer el órgano en el que se originan.
Para ello,
después de revisar 30 casos de pacientes con tumores en esta localización,
hemos determinado algunos puntos "clave" que nos ayudarán en el diagnóstico de dependencia tumoral.
1.
DESPLAZAMIENTO DE ÓRGANOS VECINOS:
Normalmente,
los tumores de origen retroperitoneal (RP) suelen desplazar anteriormente los órganos intraperitoneales.
En caso de que asienten en el retroperitoneo posterior también rechazarán anteriormente los órganos retroperitoneales.
(Fig.
1).
Fig. 1: Desplazamiento de órganos vecinos. Para determinar el posible origen retroperitoneal del tumor nos fijaremos en el desplazamiento anterior de los órganos retroperitoneales y de los vasos (aorta, arteria mesentérica superior...).
2.
SIGNO DEL PICO ("BEAK SIGN"):
El tumor,
en su crecimiento,
desplaza los órganos vecinos y puede producir un "afilamiento" de sus bordes.
Siempre se debe encontrar un plano graso de separación entre el órgano y el tumor.
A veces,
el tumor afila el propio órgano de dependencia “ abriéndolo”.
(Fig.
2).
Fig. 2: Signo del pico. El tumor, en su crecimiento, desplaza y afila el parénquima periférico del órgano adyacente, que queda a modo de sábana sobre la superficie de la masa tumoral.
3.
SIGNO DEL ÓRGANO ENGLOBADO:
El tumor en su crecimiento,
infiltra y engloba el órgano del que depende.
En este caso podremos observar los bordes infiltrados y una clara dependencia del mismo.
(Fig.
3).
Fig. 3: Signo del órgano englobado. El tumor crece y engloba al órgano del que depende.
4.
SIGNO DEL ÓRGANO "FANTASMA":
En ocasiones,
el tumor puede englobar y sustituir totalmente al órgano del que depende, siendo imposible su identificación.
Esto suele verse en tumores suprarrenales,
debido al pequeño tamaño de la glándula,
ésta puede llegar a "desaparecer" englobada por el tumor.
(Fig.
4).
Fig. 4: Signo del "órgano fantasma". El tumor crece, engloba y sustituye el parénquima del órgano del que depende, no siendo posible su localización.
5.
AFERENCIAS VASCULARES:
Normalmente,
el tumor tiene las mismas aferencias vasculares que el órgano del que depende.
Un análsis de los vasos aferentes tumorales nos darán la clave del origen del tumor.
Por o tanto,
la arteria nutriente dominante es uno de los signos más importantes a la hora de definir el origen de un tumor.
Así,
tumores renales y suprarrenales tienen aferencias vasculares a partir de ramas de la arteria renal o de ramas suprarrenales provenientes de la aorta.
En cambio,
si el tumor es hepático tendrá aferencias vasculares de la arteria hepática y si su origen es duodenal o pancreático su vascularización provendrá de ramas de la arteria gastroduodenal.
(Fig 5).
Fig. 5: Aferencias vasculares. Determinar la arteria nutriente dominante es fundamental para establecer el origen del tumor.