Type:
Presentación Electrónica Científica
Keywords:
Interventional non-vascular, Abdomen, Biliary Tract / Gallbladder, Percutaneous, Fluoroscopy, Ultrasound, Drainage, Catheters, Puncture, Fistula, Dissection
Authors:
J. García Yavar1, J. Martínez González2, S. Santos Magadán2, L. F. Taborda Ramírez2, J. M. Capilla Ampudia3, J. M. Hernandez Atance3; 1Madrid/ES, 2Fuenlabrada (Madrid)/ES, 3Fuenlabrada/ES
DOI:
10.1594/seram2014/S-1324
Material y método
Estudiamos de forma retrospectiva todos los casos de resección hepática en nuestro hospital (Hospital Universitario de Fuenlabrada) en pacientes sometidos a este procedimiento debido a patología oncológica.
La patología oncológica que afectaba al hígado y a la vía biliar era secundaria a múltiples etiologías,
siendo la más común las metástasis de origen colorectal.
Todos los pacientes fueron sometidos a cirugia de reseccion hepatica.
El tipo de procedimiento fue elegido dependiendo el grado de afectacion hepática (lobulos y segmentos).
La clasificación propuesta por el sistema “Brisbane 2000” fue usada para nombrar el tipo de procedimiento.
Fig.
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El diagnóstico inicial de fuga biliar se basó en los típicos síntomas clínicos (por ejemplo fiebre,
dolor abdominal y aumento de la circunferencia abdominal),
flujo persistente de liquido de apariencia biliosa desde el drenaje quirúrgico,
biloma perihepático detectado en imágenes (TC o ecotomografia abdominal).
Usamos la clasificación propuesta por la ISGLS (international study group of liver surgery) para la evaluación de los bilomas.
Fig.
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Analizamos el número de fugas biliares que ocurrieron luego del procedimiento quirúrgico y su manejo con seguimiento clínico,
radiología intervencional o reoperación.
En los casos que los pacientes requirieron un procedimiento de radiología intervencionista,
las opciones fueron:
- Drenaje externo de la colección guiado por ecografía.
- Drenaje biliar (externo o interno-externo) luego de una colangiografía transhepática percutánea para identificar el sitio de la fuga.
Fig.
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Este procedimiento es realizado con una aguja fina (Aguja Chiba,
Fig.8) a través de un conducto biliar periférico.
Luego,
una guía se coloca a través de la aguja y se inserta un catéter usando la guía para lograr la correcta ubicación.
(catéter externo o interno-externo).
Fig.
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Mediante este procedimiento,
llamado tecnica de Seldinger,
disminuimos la presión interna del conducto biliar permitiendo que la fuga cierre espontáneamente.