Revisión del tema
La correcta evaluación y descripción radiológica de las fracturas acetabulares es una difícil tarea para los radiólogos inexpertos,
que entraña el conocimiento de la anatomía de dicha región,
así como de los patrones lineales que permiten hacer un diagnóstico diferencial de estas fracturas,
según la clasificación descrita en la literatura.
Con frecuencia catalogamos de “complejas” a estas fracturas,
sin dar una mejor descripción.
Esto no es útil para el traumatólogo ya que no le brinda información que le sirva para tomar la decisión de tratar al paciente de forma conservadora o quirúrgica y,
en este último caso,
del tipo de abordaje a realizar.
Por lo que como dicen muchos autores,
absténgase de decir fractura “compleja” y haga una evaluación e informe radiológico de utilidad.
Para comenzar estudiaremos la anatomía regional y radiológica,
seguidamente describiremos la clasificación y para terminar enunciaremos datos claves que nos permitirán diferenciar más fácilmente los distintos tipos de fractura.
(Así que si quiere hacer un diagnóstico rápido del tipo de fractura porque pronto bajarán los traumatólogos a preguntarle,
vaya directamente a la última parte).
Anatomía de la región acetabular.
El acetábulo está formado por dos columnas y dos paredes,
ambas llamadas anterior y posterior.
Las paredes estabilizan la articulación de la cadera en la dirección antero posterior.
La pared anterior es más pequeña y raramente se fractura,
al contario la pared posterior es más grande y es el tipo de fractura más frecuente.
La columna anterior,
más grande que la posterior,
se extiende desde el ala ilíaca,
pasando por el acetábulo hasta la rama iliopúbica.
La columna posterior se origina en la escotadura ciática mayor,
luego se dirige en sentido inferior,
pasando por el acetábulo hasta acabar en la rama isquiopúbica.
Ambas columnas están unidas al esqueleto axial,
por una estructura ósea sólida llamado contrafuerte ciático,
que se extiende lateral e inferiormente desde la articulación sacroilíaca,
para unirse con ambas columnas,
en el nivel de la escotadura ciática mayor.
Fig. 1
Aunque en la literatura antigua,
no existe una descripción anatómica o radiológica,
que defina los límites exactos de las paredes acetabulares,
un grupo de autores intentaron hacer una definición,
que aunque no es universalmente aceptada,
puede ser de gran utilidad.
Ellos dividen las columnas en anterior y posterior, mediante una línea que pasa por el plano medio coronal del acetábulo en imágenes de TC axiales y las paredes por una línea imaginaria,
que cruza de anterior a posterior,
en el plano medio axial del acetábulo.
Fig. 2 Fig. 2 . Por lo que la porción acetabular lateral a la línea es definida como “pared” y la porción medial como “columna”.
Otras estructuras de importancia en el seno de las fracturas acetabulares son el ala ilíaca y el anillo obturador,
este último confinado superiormente por la parte inferior de la lámina cuadrilateral,
posteriormente por la rama isquiática,
anteriormente por la rama púbica superior e inferiormente por la unión de ambas ramas.
Fig. 3
Sólo ciertos tipos de fractura afectan al ala ilíaca y al anillo obturador por lo que su identificación será de gran utilidad para clasificar las fracturas,
como veremos más adelante.
Anatomía radiológica
Radiología convencional
Los estudios radiológicos estándar para evaluar el acetábulo en caso de sospecha de fractura son: proyección AP y dos proyecciones oblicuas llamadas por los radiólogos oblicuas derecha e izquierda y por los traumatólogos,
oblicuas obturadora e iliaca (alar y obturatriz).
Judet y col.
y Letournel estudiaron extensamente la relación de la anatomía acetabular,
con la apariencia radiográfica en radiografías anteroposterior y oblicuas.
Las estructuras que son importantes en la clasificación son: la línea iliopectínea,
la línea ileoisquiática y los márgenes de las paredes anterior y posterior. Fig. 4
En proyección AP la línea iliopectínea parte desde el margen de la escotadura ciática mayor,
extendiéndose anteriormente hacia la rama púbica superior,
hasta la sínfisis del pubis.
Esta línea se interrumpe en caso de cualquier fractura transversa y en fracturas de la columna anterior.
La línea ilioisquiática parte de la escotadura ciática mayor,
se dirige vertical e inferiormente pasando por el borde cotiloideo hasta el nivel del anillo obturador.
Esta línea se interrumpe cuando se producen fracturas de la columna posterior o en fracturas transversas.
La pared anterior puede ser difícil de visualizar en la proyección AP,
siendo mejor visualizada en la proyección oblicua ilíaca.
La pared posterior usualmente es visible en la proyección AP,
por lo que al no visualizarla,
probablemente estemos ante una fractura desplazada de la pared posterior.
Sin embargo la pared posterior se evalúa mejor en la proyección oblicua obturadora.
La proyección oblicua ilíaca es la mejor para detectar fracturas que se extienden proximalmente hacia el ala ilíaca.
También muestra la escotadura ciática mayor y parte de la columna posterior,
facilitando la evaluación de fracturas que se extienden hacia esta región. Fig. 5
La proyección oblicua obturadora muestra cuatro estructuras: el anillo obturador,
la pared posterior,
la porción inferior de la columna anterior y el signo del espolón,
que puede observarse en fracturas de ambas columnas. Fig. 6
Tomografía Computarizada
Es útil para la detección de conminución,
presencia de fragmentos intraarticulares,
demostrar discontinuidad articular,
rotación de los fragmentos óseos y presencia de hematomas.
Así mismo ayuda en el reconocimiento de los patrones de fractura y en la localización de los fragmentos resultantes,
que no solo facilitarán su clasificación sino que también servirán de base para un adecuado planeamiento quirúrgico.
Según los hallazgos de TC descritos para cada tipo de fractura,
de acuerdo a la clasificación de Judet y Letournel,
las fracturas que afectan a la columna tienen una orientación horizontal,
en el plano axial,
extendiéndose de medial a lateral; Las fracturas transversas tiene una línea de fractura,
que se extiende de anterior a posterior en el plano axial y las fracturas de la paredes habitualmente presentan una línea de fractura oblicua.
Clasificación de las fracturas acetabulares
La clasificación desarrollada por Judet et al y Letournel es la más universalmente utilizada,
que además de facilitar una elegante descripción de estas fracturas provee información útil para guiar el manejo de estos pacientes.
La clasificación se basa en hallazgos de radiografias AP y oblicuas y divide las fracturas en dos grandes grupos: fracturas elementales y fracturas asociadas.
Las fracturas elementales consisten en una línea principal de fractura e incluyen:
1.-Fractura de la pared anterior
2.-Fractura de la pared posterior
3.-Fractura de la columna anterior
4.-Fractura de la columna posterior
5.-Fractura transversa
Las fracturas asociadas son una combinación de los tipos elementares e incluyen:
6.-Fractura de dos columnas
7.-Fractura en T
8.-Fractura de la columna posterior con fractura de la pared posterior
9.-Fractura transversa con fractura de la pared posterior
10.- Fractura de la columna anterior,
con fractura hemitransversa posterior.
Ver tabla de frecuencias
Para memorizar más fácilmente dicha clasificación se puede hacer una división en tres grandes grupos:
- Fracturas de la pared (anterior y posterior)
- Fracturas de las columnas (anterior,
posterior,
dos columnas, columna anterior con hemitransversa posterior,
columna posterior con fractura de la pared posterior) y
- Fracturas transversas (Fractura en forma de T,
transversa y fractura transversa con pared posterior)
Fracturas de las paredes
Se caracterizan por rotura de los bordes acetabulares,
sin afectar a las columnas.
Tampoco afectan al ala ilíaca,
ni al anillo obturador por lo que las líneas ilipectínea e ilioisquíatica están conservadas en la radiografias.
Tienen una orientación oblicua en TC.
Fractura de la pared posterior Fig. 7
Es el tipo más común de fractura.
Se asocia con luxación posterior de la cabeza femoral,
lesión del nervio ciático y separación de un segmento de la superficie articular posterior del acetábulo.
Estás fracturas se visualizan en radiografías AP y oblicua obturadora,
siendo ésta última mejor para valorar el tamaño y desplazamiento de los fragmentos.
Fig. 8 y Fig. 9 La luxación de la cabeza femoral puede pasar desapercibida,
por lo que una reducción del espacio articular superior puede ser una clave para detectar dicha alteración.
La TCes útil para valorar la cantidad de pared afectada,
ya que según estudios,
si más del 40% de la pared está afectada,
el riesgo de inestabilidad de la cadera se incrementa significativamente Fig. 10,
Fig. 11 y Fig. 12
Recuerde que las fracturas transversas interrumpen la pared posterior,
pero en este caso,
la pared posterior no es un fragmento libre,
por lo que no debe ser interpretada como una fractura de la pared posterior.
Fractura de la pared anterior Fig. 13
Es el tipo menos frecuente de todas las fracturas acetabulares.
Afecta a un segmento de la superficie articular anterior del acetábulo.
La fractura se origina en el borde anterior del acetábulo y emerge en la cara lateral de la rama púbica superior.
La cabeza femoral puede estar desplazada anteriormente.
Fig. 14, Fig. 15,
Fig. 16,
Fig. 17 y Fig. 18
Fracturas de las columnas
En radiografías las fracturas de la columna anterior interrumpen la línea iliopectínea y las de la columna posterior la línea ilioisquiática.
Ambas afectan al anillo obturador.
La mayoría de las fracturas del anillo obturador ocurren en la porción inferior,
en el nivel de la unión isquiopúbica,
sin embargo también puede ocurrir en el nivel de la unión puboacetabular.
Estas fracturas tienen una orientación horizontal en TC,
extendiéndose de medial a lateral.
Fractura de la columna anterior Fig. 19
Es infrecuente.
Habitualmente la línea de fractura comienza entre las espinas ilíacas,
luego atraviesa la fosa acetabular,
para terminar en un punto variable a nivel de la rama isquiopúbica.
La extensión hacia el hueso ilíaco es variable,
cuando es corta puede simular una fractura de la pared anterior,
por lo que la diferenciación entre ambas se basa en la afectación del anillo obturador (presente en la fractura de la columna y ausente en la fractura de la pared).
Fig. 20,
Fig. 21,
Fig. 22 y Fig. 23
Fracturas de la columna posterior Fig. 24
Las fracturas aisladas de la columna posterior son raras.
Es frecuente la luxación posterior de la cadera y puede resultar en lesión del nervio ciático.
La línea de fractura usualmente va de la escotadura ciática mayor,
pasando por el aspecto posterior de la fosa acetabular,
hasta la rama isquiopúbica,
habitualmente en su porción media.
Fig. 25, Fig. 26, Fig. 27 y Fig. 28 Fig. 28
Fracturas de dos columnas Fig. 29
Constituyen el tercer tipo más común de fracturas acetabulares y el tipo de fractura más complejo,
presentando con frecuencia,
conminución,
rotación y desplazamiento de los fragmentos resultantes.
Típicamente el componente posterior de este tipo de fractura,
es similar al de la fractura aislada de la columna posterior: desde la escotadura ciática mayor,
pasando por la fosa acetabular,
hasta la rama isquiopúbica.
El componente anterior,
es más variable,
pero usualmente se extiende de un punto en la cresta iliaca anterior,
descendiendo verticalmente en una orientación coronal y uniéndose a la línea de fractura posterior,
dentro o cerca del acetábulo. Fig. 30,
Fig. 31,
Fig. 32,
Fig. 33 y Fig. 34
En este tipo de fracturas no existe un soporte intacto entre la superficie articular y el esqueleto axial,
a través de la articulación sacro-ilíaca,
por lo que el acetabulo está libremente flotando y puede ser desplazado medialmente.
Si este desplazamiento ocurre el hueso ilíaco unido a la articulación sacro ilíaca permanece intacto y puede verse como una esquirla de hueso posterior a los fragmentos desplazados en la proyección obturadora.
Este hallazgo se conoce como signo del “espolón” (spur sign) y es patognomónico de las fracturas de dos columnas.
En TC este signo se puede ver siguiendo el hueso ilíaco en dirección inferior y lateral desde la articulación sacroilíca,
y viendo como acaba en una esquirla triangular,
sin contacto con la superficie articular del acetábulo.
Este signo permite separar las fracturas de dos columnas de las fracturas conminutas en forma de T,
ya que en este último tipo de fracturas puedes seguir el hueso ilíaco ininterrumpido desde la articulación sacro-ilíaca hasta al menos una porción de la superficie articular del acetábulo.
Fractura de la columna anterior con hemitransversa posterior Fig. 35
Asocia fractura de la columna o pared anterior,
con fractura transversa de la mitad posterior.
Este tipo de fractura es infrecuente y puede ser confundida con fractura en T La diferenciación es importante ya que el abordaje quirúrgico es distinto,
siendo anterior en la fractura de la columna anterior más hemitransversa posterior y posterior en la fractura en T,
ya que éstas presentan un mayor desplazamiento de los fragmentos de la columna posterior.
Fig. 36,
Fig. 37 y Fig. 38
Fractura de la columna posterior con fractura de la pared posterior Fig. 53
Se observa la fractura de la columna posterior,
con una línea oblicua que se extiende hacia la pared posterior.
Es una asociación infrecuente,
sin embargo debe diferenciarse de una fractura aislada de la columna posterior,
ya que aunque el abordaje sea similar en ambas,
la fractura de la pared posterior puede resultar en múltiples fragmentos,
que pueden llegar a estar impactados en el hueso iliaco restante,
siendo necesaria una artrotomía para una reducción completa y apropiada.
Fracturas transversas
Son un grupo de fracturas fercuentes y comparten hallazgos de imagen que las diferencian de otros tipos de fractura.
En radiografías AP se observa interrupción de las líneas iliopectínea e ilioisquiática.
En imágenes axiales de TC,
tienen un plano de fractura vertical u oblicuo que va de anterior a posterior,
que las diferencia del plano horizontal que tienen las fracturas de las columnas.
Fractura transversa pura Fig. 39
En este tipo de fractura el anillo obturador está intacto.
La línea de fractura divide las columnas anterior y posterior en un segmento ilíaco superior y otro isquiopúbico inferior.
Pueden ser subdivididas en tras subcategorias: infratectales,
yuxtatectales y transtectales,
según la relación de la fractura con el techo acetabular.
Es importante describir el plano preciso de la fractura para determinar el abordaje quirúrgico apropiado. Fig. 40, Fig. 41 y Fig. 42
Fractura en forma de T Fig. 52
La línea de fractura superior es similar a una fractura transversa pura,
pero también presenta un componente vertical (en el plano coronal) que se extiende por la placa cuadrilateral y divide el segmento isquiopúbico en dos,
afectando al anillo obturador.
Fig. 43, Fig. 44 Fig. 44 Fig. 45 Fig. 46 .
Es importante distinguir esta línea de fractura,
que afecta a la porción inferior del acetábulo,
ya que a diferencia de una fractura transversa pura,
estas pueden requerir dos incisiones quirúrgicas para su reducción.
Fractura transversa con fractura asociada de la pared posterior Fig. 51
Es uno de los más comunes tipos de fractura asociada.
Consiste en una fractura transversa,
con un fragmento posteriormente desplazado de la pared posterior.
En muchas ocasiones coexisten con luxación central y posterior de la cabeza femoral y también son las fracturas que más frecuentemente se asocian a lesión del nervio ciático y osteonecrosis de la cabeza femoral.
En TC se observa el típico trazo anteroposterior de la fractura transversa con orientación oblicua hacia la pared posterior Fig. 47 Fig. 48 Fig. 49 Fig. 50 .
Claves para el diagnóstico y clasificación de las fracturas acetabulares.
- Haga una visión general y rápida de la pelvis y asegúrese de que existe una fractura acetabular.
- Valore el anillo obturador: recuerde que habitualmente se fractura en la unión isquiopúbica,
pero también puede estarlo en la unión puboacetabular,
como puede ocurrir en fracturas de la columna anterior.
¿Hay línea de fractura en el anillo obturador? Si es así se trata de una fractura de la columna o de una fractura en forma de T.
Si hay interrupción del anillo obturador puede descartar la fractura transversa,
la fractura transversa con afectación de la pared posterior y las fracturas de pared anterior y posterior.
- Valore el ala ilíaca.
¿Hay línea de fractura? Si es así puede estar ante una fractura de la pared anterior o una fractura de dos columnas.
Si no hay afectación del ala ilíaca puede pensar en una fractura aislada de la columna posterior,
cuya afectación suele extenderse hacia la escotadura ciática mayor y no hacia el ala ilíaca,
o puede tratarse de cualquier otra fractura de trazo transverso (transversa elemental,
transversa con pared posterior o en forma de T) o de una simple fractura de la pared.
- Observe las líneas de fractura en la región centroacetabular y valore la integridad de cada una de las columnas y paredes.
Recuerde la separación arbitraria que existe entre pared y columna.
Una vez que haya valorado la afectación de cada una de las columnas,
podrá asociar los hallazgos que hemos revisado previamente y podrá determinar con mayor facilidad el tipo de fractura según la clasificación de Joudet y Letournel.
- Recuerde mencionar el plano preciso de la fractura cuando esté ante una fractura transversa (infractectal,
yuxtatectal y transtectal) ya que este dato puede ser de utilidad para el traumatólogo.
- Valore y describa adecuadamente el desplazamiento,
rotación,
angulación y grado de conminución de los fragmentos así como la presencia de fragmentos intrarticulares e impactación de fragmentos en el ala iliaca en los casos de fractura de columna posterior con pared posterior asociada.
- En el caso de fracturas aisladas de la pared posterior,
describa el grado de afectación de la misma.
Recuerde que una afectación de más del 40%,
incrementa significativamente el riesgo de inestabilidad de la cadera y por lo tanto una indicación quirúrgica.
- Valore las partes blandas,
intentando identificar la presencia de hematomas.
Opciones de tratamiento
Las fracturas acetabulares a menudo comprometen la estabilidad de la cadera y es por esta razón que la mayoría de ellas tendrán que ser tratadas quirúrgicamente.
Los patrones de fractura determinan el abordaje quirúrgico para reducir y fijar internamente los fragmentos.
Sólo en pocos casos se utilizada tratamiento conservador,
cuando la fractura es aislada y no compromete la estabilidad de la cadera,
como en el caso de las fracturas de la pared posterior.
Las fracturas de la pared posterior que afectan más del 40% de la misma,
está indicada la reducción y fijación interna.
Fracturas conminutas y con fragmentos intraarticulares requerirán intervención quirúrgica para mejorar el pronóstico.
Fracturas de la columna y pared posterior requieren un abordaje posterior y su reducción puede ser difícil,
si no se detectan fragmentos libres.
Fracturas de la pared anterior con grandes escalones en la cortical y fragmento intrarticulares necesitan un reducción abierta.
Tradicionalmente se ha usado el abordaje ilioinguinal para fracturas de la columna y pared anterior,
fracturas de la columna anterior con hemitransversa posterior y algunas fracturas de dos columnas.
Las fracturas en forma de T,
requieren un abordaje posterior modificado para reducir los fragmentos inferiores.