Se analizaron 6 niños con craneosinostosis sindrómica.
(Tabla 1)
Paciente
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Sexo
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Diagnóstico
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Malformación asociada (Chiari)
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Tratamiento quirúrgico con distractores
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Edad al momento de la intervención
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1
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Femenino
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S.
Apert
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No
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Si
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12 meses
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2
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Femenino
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S.
Apert
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No
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Si
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9 meses
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3
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Masculino
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S.
Crouzon
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Si
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Si
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6 años 4 meses
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4
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Masculino
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S.
Crouzon
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Si
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Si
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12 meses
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5
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Masculino
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S.
Apert
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No
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Si
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10 meses
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6
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Femenino
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S.Apert
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No
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No
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Todos los niños tenían estudios de imagen prequirúrgicos,
la mayoría tanto TC como RM.
El control postoperatorio no fue posible realizarlos en todos ellos,
pudiéndose comparar en 4 de ellos los valores pre y postquirúrgicos. El tiempo transcurrido entre el estudio pre y postquirúrgico abarca desde un año y 2 meses hasta 2 años y 3 meses,
mientras que el tiempo desde el momento de la intervención hasta el primer estudio postquirúrgicos es desde 9 meses hasta 2 años y 2 meses.
En cuanto al cambio de volumen de la fosa craneal posterior observado luego de la intervención mediante los distractores,
son varios puntos los que se pueden analizar:
1) el primero es que,
por ambos métodos y sin diferencias significativas entre ellos,
se evidencia un incremento de volumen en la fosa posterior entre los estudios pre y postquirúrgicos de cada caso analizado.
(Ejemplos CASO 1. Fig.
3,
4,
5 y 6. CASO 2. Fig.
7,8 y 9).
Dicho incremento se observó en las medidas realizadas por ambos operadores.
EJEMPLOS
CASO 1: Niña con antecedente de síndrome de Apert,
intervenida a los 12 meses el 2009.
Antecedente de sindactilia.
En seguimiento en Cardiología por comunicación interventricular de pequeño tamaño y en Neumología por obstrucción de vía aérea secundaria a malformación de macizo facial.
Fig. 3: CASO 1. Valores de VFP mediante aplicación por ambos operadores. Imagen de RM pre y postquirúrgica
Fig. 4: CASO 1. Volumen de Fosa posterior calculado mediante la aplicación por el mismo operador (A). Comparación de los valores pre y postquirúrgicos.
Fig. 5: CASO 1. Valores estimados de VFP mediante fórmula por ambos operadores. Imagen de RM pre y postquirúrgica.
Fig. 6: CASO 1. Volumen de Fosa posterior estimado mediante la fórmula por el mismo operador (A). Comparación de los valores pre y postquirúrgicos.
CASO 2: Niña con antecedente de síndrome de Apert,
intervenida a los 9 meses con distractores occipitales el 2009.
Antecedente de atresia de coana izquierda.
Foramen oval permeable.
Sindactilia compleja intervenida en dos ocasiones.
Fig. 7: CASO 2.Valores de VFP mediante aplicación por ambos operadores. Imagen de TC pre y postquirúrgica.
Fig. 8: CASO 2. Volumen de Fosa posterior calculado mediante la aplicación por el mismo operador (A). Comparación de los valores pre y postquirúrgicos.
Fig. 9: CASO 2. Volumen de Fosa posterior estimado mediante la fórmula por el mismo operador (A). Comparación de los valores pre y postquirúrgicos
2) Otro punto a considerar es que,
el valor del volumen de la fosa posterior calculado mediante la aplicación y el volumen estimado a través de la fórmula por el mismo operador no son exactos aunque siguen una misma tendencia (Fig.
10 y 11). Dicha diferencia podría explicarse por varios motivos; el gran número de puntos de referencia necesarios que se deben realizar para utilizar la aplicación que van bordeando la fosa posterior sin un claro límite,
a diferencia del método a través de la fórmula,
en el cual se utilizan sólo dos puntos en cada medida lineal.
Fig. 10: Comparación de los valores de VFP calculados por la aplicación y los valores estimados mediante la fórmula por el mismo operador (A) en el caso 1.
Fig. 11: Comparación de los valores de VFP calculados por la aplicación y los valores estimados mediante la fórmula por el mismo operador (A) en el caso 2.
3) Por último,
está la diferencia de las medidas efectuadas por ambos operadores A y B.
Para ello analizamos los valores obtenidos por la aplicación volumétrica y por la fórmula,
de forma separada en los estudios prequirúrgicos y postquirúrgicos.
Así hemos determinado que,
no hay diferencias significativas en las medidas efectuadas por ambos operadores A y B (Fig.
12 y 13) con la aplicación,
con una diferencia promedio de 7,08 mm.
Los valores estimados por la fórmula (Fig.
14 y 15),
por el contrario,
aunque siguen una misma tendencia,
entre los resultados de uno y otro operador hay mayor variabilidad (promedio 17,42 mm).
Fig. 12: Comparación de los valores obtenidos de VFP por la aplicación por ambos operadores (A y B) de los estudios prequirúrgicos
Fig. 13: Comparación de los valores obtenidos de VFP por la aplicación por ambos operadores (A y B) de los estudios postquirúrgicos.
Fig. 14: Comparación de los valores obtenidos de VFP por la fórmula por ambos operadores (A y B) de los estudios prequirúrgicos.
Fig. 15: Comparación de los valores obtenidos de VFP por la fórmula por ambos operadores (A y B) de los estudios postquirúrgicos.
Mediante ambos métodos existe una diferencia discreta entre los valores de ambos operadores,
siendo esta menor en los valores obtenidos mediante la aplicación,
a pesar de que lo esperable era que existiese una variabilidad menor en los valores obtenidos mediante la fórmula.
Esto último pensado debido a que el método propuesto por Furtado et al.
a través de una fórmula con medidas lineales es más simple,
y por lo tanto reproducible,
probablemente por utilizar menos puntos de referencia,
más claros y precisos,
por lo que se evitaría el error entre varios operadores.
Sin embargo,
esto no fue así,
encontramos menores diferencias en los valores de volumen calculados mediante la aplicación,
a pesar de ser un método más laborioso que el estimado mediante la fórmula.
Una probable causa sea debido a los escasos casos estudiados,
por lo que sería interesante ampliar el estudio para así obtener una muestra mas representativa.
Es importante señalar,
que a pesar de las discretas diferencias, ambos métodos permiten valorar los resultados quirúrgicos,
para ello siendo indispensable adquisiciones volumétricas en las pruebas de imagen.