MATERIAL Y MÉTODO
Revisamos retrospectivamente las mamografías con contraste realizadas en nuestro centro en el periodo de tiempo comprendido entre marzo de 2011 y febrero de 2013.
Se valoraron 95 exploraciones en las que se evidenciaron un total de 110 lesiones.
Se describieron 6 posibles indicaciones por las que se llevaron a cabo dichas pruebas:
- ausencia de hallazgos concluyentes en mamografía y/o ecografía (33)
- discrepancia entre pruebas diagnósticas,
ya sea anatomoradiológica y/o entre pruebas de imagen (30)
- determinación y programación de procedimientos intervencionistas en pacientes con lesiones múltiples (18)
- evaluación de mamas densas con hallazgos que no permitieron descartar malignidad (14)
- valoración de dudosas recidivas locales en caso de cambios postquirúrgicos de díficil diagnóstico (13)
- estudio de extensión del cáncer cuando la RM estuvo contraindicada (2)
Las mamografías con contraste se realizaron con un mamógrafo Senographe Essential (General Electric) con generador de doble exposición,
filtro de cobre y software específico (Senobright).
Transcurridos 120 segundos tras la inyección intravenosa del contraste yodado (a una dosis de 1,5 mg/kg,
concentración de 300 mg/ml y caudal de 3 cc/seg),
se adquirieron las 4 proyecciones habituales.
Por cada una de estas proyecciones,
se obtuvieron 2 imágenes,
una de alta y otra de baja energía,
y tras procesamiento de las mismas,
las correspondientes imágenes recombinadas,
en las que se ponen únicamente de manifiesto aquellas áreas con realce.
En cada lesión tuvimos en cuenta la categoría Birads inicial,
obtenida con la mamografía estándar y/o ecografía,
y Birads posterior a la realización de la mamografía con contraste.
En la actualidad,
no existen unos criterios unificados que nos orienten en la clasificación de las lesiones en la mamografía con contraste.
En nuestro estudio,
la ausencia de realce sugirió el diagnóstico de benignidad (Birads1-3) y la presencia de una captación moderada o intensa,
independientemente de su morfología,
fue interpretada como lesión sugestiva de malignidad (Birads 4-5).
Las captaciones de intensidad leve fueron incluidas en un grupo u otro en función de la sospecha de malignidad en las exploraciones realizadas previamente.
Para evaluar de un modo más sencillo en cuántos casos la exploración que nos ocupa determinaría un cambio significativo en la actitud a seguir,
dividimos los hallazgos radiológicos en dos grupos.
Se incluyeron en el grupo A las lesiones con baja sospecha de malignidad,
clasificadas como BIRADS 1,
2 y 3.
En el grupo B quedaron recogidas las lesiones con alta sospecha de malignidad,
clasificadas como BIRAS 4 y 5.
Correlacionamos los hallazgos evidenciados en la mamografía con contraste con el análisis histopatológico,
o en su defecto,
con su comportamiento en las pruebas de imagen llevadas a cabo posteriormente,
tras un seguimiento radiológico mínimo de 1 año.
REVISIÓN DEL TEMA
La mamografía con contraste (Contrast enhanced spectral mammography,
CESM),
es una técnica de imagen que se encuentra en auge en la actualidad.
Combina el uso de la mamografía digital y la inyección del contraste yodado intravenoso,
aprovechando la distinta atenuación de los rayos X en función de la composición del material que atraviesan.
Tras la inyección del CIV,
con una sola compresión por cada proyección mamográfica establecida,
se realizan dos disparos,
de baja y alta energía (26-29 Kv,
46-49 Kv respectivamente).
Mediante un software específico y aplicando un algoritmo de sustracción,
se obtiene una imagen “recombinada” en la que se ponen de manifiesto únicamente las zonas con realce,
permitiendo así realizar una valoración funcional además de morfológica de los hallazgos.
La dosis de radiación aplicada es 1,2 veces la de la mamografía standard.
(1)
Las primeras investigaciones sugieren que la exploración que nos ocupa presenta una sensibilidad superior a la de la mamografía estándar (93 y 78 % respectivamente con diferencias estadísticamente significativas) sin pérdida significativa de la especificidad, y que la nueva técnica presenta mayor valor predictivo positivo.
Comparada con el uso combinado de la mamografía estándar y la ecografía,
la mamografía con contraste no muestra diferencias estadísticamente significativas en cuanto a sensibilidad y especificidad,
si bien,
sigue asociándose a un mayor valor predictivo positivo.
(2) (3)
La semiología de la mamografía con contraste se basa casi exclusivamente en la presencia o ausencia de realce en un área concreta de la mama.
Este puede presentar un aspecto nodular o no nodular.
Si bien,
en multitud de ocasiones,
resulta complejo realizar una caracterización morfológica más precisa de los hallazgos.
Aunque no es posible hacer una determinación objetiva de la captación del contraste,
las primeras investigaciones apuntan a que las diferencias cualitativas percibidas por el radiólogo a la hora de valorar el realce guardan una aceptable correlación con la benignidad/malignidad de las lesiones.
(3) (4).
Es esencial definir con claridad cuáles son las indicaciones de esta exploración con el fin de hacer un uso óptimo de la misma.
La experiencia en nuestra sección de radiología mamaria ha demostrado que la mamografía con contraste podría ser de gran utilidad en mujeres con hallazgos no concluyentes mediante el uso de pruebas radiológicas convencionales,
lesiones sospechosas de malignidad (Birads 4-5) en mamas densas,
así como en pacientes en seguimiento con antecedente de cirugía conservadora por neoplasia mamaria,
al poner de manifiesto áreas patológicas de realce enmascaradas por una elevada densidad glandular o reseñar un componente neoplásico activo de una cicatriz de difícil valoración.
La mamografía con contraste podría convertirse en una herramienta alternativa a la resonancia magnética en casos en los que esta estuviera contraindicada.
Un estudio recientemente publicado por Fallenberg et al compara la mamografía estándar,
la mamografía con contraste y la resonancia magnética en una muestra de 80 pacientes con confirmación histopatológica de cáncer de mama.
Se valora la presencia de la lesión en cada exploración y se correlaciona su tamaño en cada modalidad con la determinada en el análisis histopatológico.
Los resultados demuestran una mayor sensibilidad de la mamografía con contraste y la resonancia magnética para la detección de las lesiones malignas y una buena correlación del tamaño de las lesiones de ambas exploraciones con la histología postoperatoria.
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