Se revisaron retrospectivamente, datos de historia clínica e imagen de 5 pacientes de nuestro hospital,
3 hombres y 2 mujeres,
con rango de edad entre 27 y 54 años,
que ingresaron por sospecha de hipotensión intracraneal por fístula licuoral entre mayo de 2007 y septiembre de 2011.
A todos los pacientes se les realizó,
TC craneal inicial sin contraste intravenoso (GE de 64 filas de detectores) por cefalea ortostatica incapacitante.
Ante la sospecha de HI,
se decidió ingreso y se completó estudio con RM cerebral y espinal (Philips 1.5 Tesla),
realizando secuencias TSE T1,
T2,
DP,
FLAIR y T1 con contraste intravenoso (gadolinio).
Con signos sospechosos de fistula licuoral en la RM,
se completó el estudio con mieloTC.
La punción se realizó en la región lumbar,
con ayuda fluoroscópica, midiendo la presión de LCR,
si fuera posible y extrayendo 6 cc para análisis; luego se inyectan hasta 10 cc de contraste yodado hidrosoluble (Optiray),
basculando luego al paciente hasta lograr que el medio de contraste alcance la región cervical,
lo que permite visualizar parcialmente la medula espinal,
para definir si existe extravasación del contraste o fístula y encontrar su localización,
si bien es con la TC,
cuando se concreta normalmente el punto de la fístula.
Como criterios diagnósticos de HI por fistula de LCR espontanea ,
se utilizaron los propuestos por Schievink et al,
en AJNR Mayo de 2008,
que incluye criterios clínicos y radiológicos.
Table 1.
Se tuvieron en cuenta 2 opciones terapéuticas: la primera,
medidas de soporte,
recomendando reposo en cama,
hidratación oral abundante,
paracetamol y cafeína.
La segunda opción fue el parche de sangre epidural,
un procedimiento consistente en la inyección de entre 5 y 10 cc de sangre autóloga en el espacio epidural espinal,
en la región de la fístula,
si ésta se hubiera encontrado como primera opción o en la zona más próxima accesible como segunda.
Una vez realizada la inyección,
el paciente debe permanecer en decúbito durante unas horas,
para permitir que la sangre se desplaze por los segmentos espinales hacia el sitio de la fístula.
Si el parche no alivia el dolor,
se puede repetir con un volumen de sangre mayor, al menos 5 dias después de colocar el primero.
En caso de fallo del parche epidural,
se contemplaría remitir a otro centro para evaluar probable tratamiento quirúrgico.
Se realizaron controles por consulta,
al mes de alta hospitalaria y se solicitó RM,
sólo en los casos en que la cefalea hubiera reaparecido.